lunes, 29 de julio de 2024

80.000 VISITAS COMO 80.000 SOLES

Por Carlos Romero . @CarlosRomeroSFC 

Visitaba el antiguo museo sevillista allá por 2008, un museo fabricado con los restos de la Exposición del Centenario en el monasterio de San Clemente, que no fue un éxito precisamente y que costó un ojo de la cara, casi con toda seguridad. Agustín Rodríguez se disponía a hacer de guía VIP a un nutrido grupo, entre los que me encontraba y, tras un buen rato, me dispuse a hacerle una pregunta que no me dejó terminar y espetó sonriente delante de todo el grupo:

“Algún día tú serás el historiador oficial del Sevilla FC, pero hoy no”.

Lejos de sentirme ofendido, porque le conocía, ni soñaba para mis adentros que esto pudiese ocurrir algún día, no tenía intención ni pretensión de ser el historiador sevillista en el futuro, pero él ya lo vio. Entendió que yo apostillaría algo de lo que estaba explicando en el tour, algo habitual entre los historiadores hoy en día, que complementamos la información del otro para mayor riqueza de los visitantes, pero, ¡Ay! aquí aún había clases, él sentaba cátedra, lo que decía iba a misa y yo era un miserable pecador que calló la boca ipso-facto y me dispuse a aprender la lección que me estaba dando por alguna razón inescrutable que me hizo reflexionar.

Creo que lo diría en cualquiera otra circunstancia, pero aprovechó aquella, me estaba esperando, sabría que algo hablaría y lo lanzó veloz como el atleta que lanza una jabalina en pos de un tiro certero. Y yo que me alegré.

Agustín era un señor que fue siempre de lo más afable, humilde, un verdadero amigo que me llamaba todos los días, más de una vez, para debatir cuestiones históricas, o para hablar de cuestiones banales, pero siempre con sentido. No fue la primera vez que tuvo una de esas visiones, en otras ocasiones las iremos contando, desgraciadamente falleció, a mí me buscaron para sustituirle cumpliéndose aquella profecía y nos dejó un gran legado. Nos enseñó el camino que debía seguir la historia del club y me lo hizo muy fácil, aunque a veces, lo invoco en mi mente para preguntar, ¿cómo lo habría hecho Agustín?

Siempre en nuestro recuerdo.

Todo esto viene a colación de la noticia que hemos estado leyendo estos días en relación al récord de visitas al ‘Stadium Tour’ y en consecuencia al ‘Sevilla FC History Experience’, un sueño hecho realidad que sin embargo no fue un camino de rosas, costó mucho llegar hasta aquí porque desembarcamos en el Sevilla FC con la firme idea de poner en marcha esto, con la particularidad de que debíamos dar forma a algo inexistente en el fútbol español, o bien redefinir el modelo, ya no había un historiador eje de todas las cosas históricas, sino que nos planteábamos un trabajo en equipo, académico, científico, investigador y multidisciplinar para afrontar algo que muchos clubes no tienen obligación, pero desgraciadamente nos contaron nuestra historia desde fuera y teníamos la necesidad de escribirla nosotros mismos y para ello había que investigarla. La historia la cuenta el bando ganador siempre y nosotros no lo fuimos. 

Por otro lado, había que hacer frente con el cuidado y conservación del inmenso patrimonio sevillista de la entidad de forma eficiente y moderna, único que puede considerarse como tal, ya que otros patrimonios de objetos relacionados con el Sevilla FC son privados, dotados de gran valor y en posesión de muy buenos coleccionistas, por supuesto, pero esto es necesario que se diferencie en el subconsciente sevillista y, por último, poner en marcha el museo del club, algo que nos encargó explícitamente la institución y nos pusimos en marcha.

No es fácil casar historia y fútbol en un club así en general, créanme. En la mente de un dirigente cualquiera de cualquier club en España esto es una rara avis, cosa de frikis, sin sopesar ni darse cuenta que todo lo que envuelve a un club es su propia historia, que ellos mismos son historia y que la historia es uno de los motores de la marca, con la particularidad de que quien tiene más historia, tiene más posibilidades de vender su marca. Así, la historia, no será igual en un club como el Real Unión de Irún -con todos los respetos- que en un club decimonónico como el Sevilla FC. No hay color.

El Liverpool, por ejemplo, es lo que es por su historia. Es tan vendible, que tiene cientos de millones de seguidores en todo el mundo por su halo épico, por sus episodios históricos, por su palmarés… lo del fútbol es esa cosa que se hace todos los domingos para construir historia y hacernos sentir únicos con nuestro club; hacernos soñar, mantener el recuerdo, aquel gol imposible, aquella alineación inesperada, o aquella desgraciada derrota. 

Cuando ha sonado el pitido final ya es historia y se añade a la grandeza del club, que también es, ¿adivinan?... la historia, como lo es su palmarés que es lo que nos hace sentir orgullosos. Lo del sentimiento inescrutable lo dejamos para otros. Lo que todavía no es historia es la ilusión y ‘no me llaméis iluso porque tenga una ilusión’, como decía la coplilla. 

Quédense con la frase que digo y repito hasta la saciedad en mis artículos: si el club desaparece, lo único que queda es su historia y la nuestra es la más grande del sur de España ¿Hay en la sala algún sevillista que no lo sea por su historia, su padre, su abuelo, su tío, el palmarés, ...? Si no es así, que hable con nosotros, será un caso de estudio.

Permítanme la licencia, lo veo así, mi versión sui generis, pero es la mía. Finalmente, los historiadores somos testigos de la historia, los dirigentes, (de todos los clubes españoles) ven economía, cuestiones jurídicas, planificaciones deportivas, hacerles pensar en historia es complicado, al menos en esta generación, en futuras generaciones las relaciones entre historiadores y dirigentes cambiará a buen seguro, aunque doy a esta generación por perdida.

Es muy posible que el Sevilla FC quisiera mantener cierta cautela a la hora de poner en marcha un museo debido a la mala experiencia de San Clemente, había que afinar muy bien, no teníamos referencias respecto al modelo de museo que queríamos implantar, había visiones positivas y negativas al respecto, el estudio previo nos auguraba buenas sensaciones, pero no iban más allá, ¿podría llegar a ser un museo rentable para un club? En definitiva, ¿puede llegar a ser rentable la historia para un club?

La respuesta es un sí contundente, sobre todo teniendo la historia del Sevilla FC que pocos tienen.

Si nos referimos al museo y en cuestiones económicas, las informaciones públicas que se han manejado dan como resultado una amortización rápida de la inversión, dando beneficios permanentes desde ese momento.

80.000 personas son las que han pasado por el museo en el plazo de un año y lógicamente por la tienda del estadio, eso quiere decir que dos estadios Ramón Sánchez-Pizjuán completamente llenos han concurrido en un espacio dedicado a la pedagogía y al conocimiento de la grandeza del Sevilla FC, con visos de seguir avanzando en próximas temporadas.

Pero no solo a nivel económico es rentable, sino que los niveles intangibles son incalculables, esto quiere decir que el museo es una herramienta que transmite los valores sevillistas y que hace que los visitantes foráneos se identifiquen con la gloria del club y reafirma a los miles de seguidores y aficionados habituales.

Confirmamos el valor como herramienta del museo, siendo un medio esencial para cotas más altas como la aportación a la marca Sevilla FC, por lo tanto, es el medio físico complementario a otros virtuales como difusión de la historia.

Hace unos años hablábamos de la historia como un gasto necesario, no podíamos deshacernos de la historia como el que se quita un chaleco y había que mantenerla. La evolución nos da como resultado un elemento importante que produce beneficios para el club a distintos niveles y de numerosas formas.

No puedo terminar sin gradecer a ese equipo de trabajo, que sin recibir absolutamente nada a cambio trabaja denodadamente y sin tregua por la historia del Sevilla FC. Abonados todos, algunos con más -o cerca- de 50 años de sevillismo militante, han producido esos beneficios también para el club y bien orgullosos que se sienten. Es el mejor equipo de trabajo de investigación de historia del fútbol del mundo. Igual algún día se lo reconocerán.




martes, 23 de julio de 2024

LOS PELIGROS DEL FUTBOL (I)

Por Amaro García Cuevas - @amaro_gc22SFC

Maradona, dijo en una ocasión:

El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo, 
eso no le quepa la menor duda a nadie.

Muchos piensan así. En los orígenes de este deporte, la pasión por el fútbol de los primitivos jugadores que empezaban a practicarlo se transmitió muy pronto al aficionado. 

En el primer partido registrado en España en 1890 bajo las reglas de la football association, el público congregado para ver el desarrollo del partido que enfrentaba al Sevilla Football Club contra el Huelva Recreation Club, a pesar de ser un día lluvioso fueron, según cuentan, doce docenas de espectadores.

A quién le parezca poco, debe situarse en el contexto de la época para entender que era una situación inverosímil para la mayoría de los ciudadanos que tuvieron conocimiento del hecho. 

La curiosidad por ver como unos señores se dedicaban a patear un balón en paños menores fue suficiente aliciente para congregar la primera partida documentada de espectadores hispalenses,144. 

Pasados los años, con un aforo para 70.500 espectadores, desde el año 1975 al 1991 muchas veces se colgó el cartel de no hay billetes, sin poder precisar un máximo, pues a veces la afluencia de gente hacía que se acoplasen por las escaleras y se sobrepasara la cifra permitida, como la que se conoce del partido contra la A.D. Rayo Vallecano el 25 de mayo de 1997, que se anunció en el marcador del estadio la cantidad de 71.114 espectadores.

En aquellos iniciales tiempos, la gente se fue percatando de lo que era esa novedosa modalidad "sportiva", que funcionaba a base de carreras, empujones y patadas y a veces generaba lesiones que impedían a un jugador seguir en el partido. Las más de las veces la recuperación se daba con prontitud. En otros casos, dislocaciones y roturas de huesos podían afectar de un modo más considerable al deportista.

Ese público llegó a tomarse los lances de juego como algo personal. Gritaban, jaleaban, animaban….y también insultaban, arrojaban objetos o saltaban al campo para demostrar tanto alegría como indignación, llegándose a situaciones de extremo peligro para los jugadores.

La primera incursión de un aficionado en el campo para agredir a un jugador se narra en uno de los primeros partidos del Sevilla F.C.

El sevillista y sevillano Enrique Welton, con 20 años, recibió una patada en el estómago que le hizo caer al suelo en redondo. Atenta a las circunstancias del espectáculo se encontraba su señora madre, doña Josefina Niño, que al ver como su primogénito era víctima de un agresión producto de esa bárbara importación anglosajona, corrió furibunda tras el agresor abanico en mano para tomarse justa venganza en nombre de su pequeño.

Los periodistas que se veían obligados a escribir sobre foot-ball, tan ignorantes como el público, trataban de iniciar en los detalles de este deporte a los lectores con noticias que llegaban a sus manos, como aparece en La Unión Ilustrada de Málaga de diciembre de 1910

El juego de "Foot Hall" (sic)

Esta palabra compuesta de dos inglesas, significa literalmente, «pelota de pie». El juego consiste en pegar á una pelota grande y hueca, no sólo con el pie sino con la cabeza, con el hombro, con lo que se pueda, para hacerla rebasar el campo contrario y entrarla en la meta situada a la espalda del enemigo. 

Luego de esta somera explicación, advirtieron de las consecuencias que podrían generar su práctica.

Este juego, bastante brutal de por si, ha sido llevado a tal extremo en los Estados Unidos, que las últimas estadísticas acusan una herida de gravedad, o una muerte, por cada doce combatientes en juego.

No era una noticia aislada, pues otros diarios también se hacían eco del peligro que entrañaba, como apareció en La Provincia de Huelva de noviembre de 1909.

Los heridos durante la última temporada han sido numerosos. Dieciocho jugadores fueron muertos y ciento treinta y cinco heridos gravemente.

Pero con un matiz importante. Estos muertos y heridos hacían referencia al football americano, el llamado rugby, en dónde los jugadores salían habitualmente lesionados a pesar de ir forrados los jugadores con cueros y otras clases de protecciones.

Y no era algo puntual, pues en 1915, en El Correo de Andalucía, todavía se mostraban datos referentes a las desgracias ocurridas en América.

Según las estadísticas publicadas por la prensa norte-americana, en la última temporada de foot-ball celebrada en aquellas regiones resultaron a consecuencia de este deporte 14 jugadores muertos y 175 inválidos.

Pero al leer noticias de este tipo la preocupación hacía mella entre los familiares y amigos de los aficionados al football, que a veces no distinguían las modalidades recogidas en las distintas variantes de juegos con balón.

A raíz de la noticia publicada en 1909, una comisión de socios del equipo «Sevilla Balompié» acudió a la prensa para hacer una aclaración al respecto.

Nuestros visitantes, con objeto de calmar la alarma que tal noticia ha causado en las familias de los jóvenes que en esta ciudad se ejercitan en el expresado sport, nos ruega hagamos constar que se trata de juegos muy diferentes, no siendo peligroso el que aquí en Sevilla cultivan los aficionados.

Esa aclaración no quitaba qué el fútbol provocara accidentes. Por descontado. Y dolorosamente, también muertes. En la memoria sevillista tenemos los casos de Pedro Berruezo en 1973 y Antonio Puerta en 2007.

En cuanto a jugadas de un calibre violento podemos recordar el caso del futbolista del Real Madrid, Képler Laverán Lima Ferreira, más conocido por Pepe, que en 2009 agredió brutalmente al jugador Javi Casquero, del Getafe F.C. pateándolo en el suelo, pudiendo haberse producido una desgracia.

Esa violencia injustificada le costó varios partidos de sanción, pero en 1924, por una jugada corriente, al sevillano Antonio Jiménez Berrocal, que vivía en la calle Castilla 76, pudo suponerle, cuando contaba 22 años, una pena de 12 años de cárcel.

El caso, llevado a juicio describía cómo se produjo el luctuoso accidente y al pobre Antonio se le acusó de delito de homicidio por imprudencia.

El 11 de mayo de 1924 se enfrentaron en una competición de aficionados en la que el prestigioso comercio Al Siglo Sevillano donaba una copa, el Triana F.C. y el Chapina F.C.

El equipo de Triana iba ganando holgadamente en el segundo tiempo por 3-0 cuando se produjo la jugada así narrada:

… Manuel Cacao Sánchez tomó el balón casi desde la portería de su equipo, y corriéndolo triunfalmente atravesó las líneas de delanteros y medios contrarios, logrando también burlar al zaguero izquierda del Chapina, corriendo peligro la puerta.

En ese momento el zaguero derecha, Antonio Jiménez Berrocal, entró con fe al balón que traía Cacao, logrando meter el pie y sobreviniendo un choque entre los dos jugadores, cayendo al suelo el jugador del Triana, fracturándose el brazo derecho y falleciendo á los ocho días a consecuencia del tétanos que le sobrevino, porque tuvo la doble desgracia de que al romperse la piel, los extremos del cúbito y del radio del brazo roto rozaron el polvo del suelo.

Antonio, que estaba en libertad provisional, alegaba que tropezaron hombro con hombro

El, más débil que yo, vino a tierra, causándose la lesión.

      A la pregunta del fiscal de si acudió al hospital para ver al herido respondió:

No, señor. No fui por temor a la familia. Pero yo le juro que no lo hice á dré (con intención)

     No obstante, los compañeros del fallecido, en calidad de testigos, describieron la jugada de la siguiente manera:

José Fuentes Vera – …le puso el pie, cosa que no debe hacerse; pero que él lo hizo con descaro. Luego se apesadumbró mucho y no quiso jugar más.

Presidente del Triana FC – …Cacao iba con el balón a toda velocidad, y que Berrocal le puso el pie, cayendo a tierra.

Antonio Fernández Méndez –  …vio caer al jugador del Triana y que el procesado metió el pie para quitarle el balón al contrario.

A la pregunta del fiscal de si es corriente echar zancadillas contestó que no pero a veces se echan sin querer.

Con el juicio a punto de concluir, el público y el procesado salieron al patio, donde se comentaron las declaraciones de los testigos. El pobre Antonio estaba muy nervioso, no en vano le pedían doce años de cárcel y en su ánimo solo acertaba a decir que ni remotamente pensó en causar daño a su compañero y amigo.

Al reanudarse la vista, la conclusión del fiscal fue retirar la acusación y dejarlo en libertad.

Berrocal queda anonadado. La misma alegría hace que no pueda ni hablar. El ujier le dice que se puede marchar a casa, que está libre, y el muchacho, con lágrimas, queda en los corredores esperando á su defensor para darle las gracias.

A pesar de la alegría que le supuso a Antonio Jiménez Berrocal, la realidad es que otro pobre muchacho, Manuel Cacao Sánchez, falleció de un modo que ahora nos puede resultar anecdótico, pues a pesar de conocerse el tétanos y sus efectos, la vacuna o las pruebas realizadas estaban todavía por desarrollarse, siendo precisamente en 1924 cuando estaba en fase experimental.


lunes, 22 de julio de 2024

LA LLAMA OLÍMPICA FUE VELADA EN TRIANA

Por Antonio Ramírez - @Voladizogolsur 

Cuentan que Prometeo robó el fuego a los Dioses del Olimpo para entregarlo a la humanidad dando a ésta la luz del conocimiento y de la razón. En recuerdo de aquello de cada cuatro años se enciende en Olimpia, con los rayos del sol y el uso de un espejo parabólico, la llama olímpica que mediante relevos parte hacia Atenas y de ahí a la ciudad anfitriona de los Juegos Olímpicos. 

En 1968 los Juegos se celebraron en México. En su transitar hacía el destino final la llama olímpica pasó y se paseó por media España para después embarcar en la corbeta “Princesa” rumbo a América. El paso de los relevistas con la antorcha levantó verdadero entusiasmo por los pueblos y ciudades del recorrido. El 8 de septiembre de 1968 llegó al Anfiteatro Romano de Mérida donde pernoctó. A la mañana siguiente partió hacia Sevilla. Fueron portadas las antorchas por atletas sevillanos y bien entrada la noche llegó a Chapina donde se había instalado un pebetero. En dicho monolito se podía leer; MÉXICO 68. En la trasera del mismo, otra inscripción también en hierro forjado, rezaba: “En este lugar se veló el fuego olímpico el nueve de septiembre de 1968”.

El último relevo y que prendió el pebetero fue realizado por el atleta sevillano José Gordillo, recordman de España de levantamiento de pesos y preolímpico, y que formó parte del equipo de halterofilia del Sevilla F.C. (en esa época C.F. por imperativo legal) en unos años donde el Club tuvo una importante presencia en distintas disciplinas deportivas; tenis, tenis de mesa, remo, atletismo, baloncesto, hockey sobre patines, halterofilia… Aquella idea regeneracionista de fomentar el sport para el desarrollo físico de la juventud. 

El alcalde de Sevilla, Sr. Moreno de la Cova, hizo un encendido discurso de recibimiento en el que entre otras cosas dijo; “Sevilla es -bien lo sabéis- la capital del descubrimiento. Aquí mismo a pocos metros de nosotros, está el recuerdo de aquel Rodrigo de Triana, que al divisar el primero de todos las tierras de América daba un paso fundamental para incorporarlas a la cultura occidental… Y la llama que ahora nos ilumina aquí, en estas tierras de olivo y en el valle de un rio que conoce todos los secretos de la sabiduría mediterránea…”

Por su parte, el periodista de la Hoja del Lunes, Ignacio García Ferreira escribió; “Este es el gran significado de las Olimpiadas, en las que los hombres jóvenes y fuertes, al margen de diferencias de raza, de religiones y de credos políticos se unen en el esfuerzo, en la superación deportiva, en hermandad de paz ilusionada. En estos tiempos de luchas y dolor, la llama olímpica es la luz que simboliza la hermandad y la fraternidad entre hombres y pueblos”

La llama olímpica en su pebetero, al que unas bombonas de butano suministraban combustible,  fue velada y custodiada en Triana toda la noche por los atletas hispalenses  y continuó hasta el mediodía siguiente que partió rumbo a Huelva, portando la primera antorcha de la jornada el gran Francisco Mateos, halterófilo del Club Natación Sevilla y que no pudo acudir a esos juegos por un fallo burocrático. Sí acudió en cambio a Múnich 1972 y Montreal 1976.

La colocación del pebetero olímpico en Chapina no fue casual. A finales de los 60 se estaban construyendo unas magníficas instalaciones deportivas sobre el taponamiento del río que se hizo años antes. Una pista de atletismo, un polideportivo cubierto y piscinas. En estas últimas aprendieron a nadar miles de niños sevillanos y sirvió de refrescante esparcimiento estival a muchas familias. Con el derribo de las instalaciones para abrir de nuevo el cauce del río de cara a la Expo92 Triana quedó sin un lugar de ocio veraniego, carencia que se mantiene 35 años más tarde.

Y muy cerquita también estaba la estatua de Rodrigo de Triana como apuntaba el alcalde en su discurso. La efigie, labrada en piedra, había figurado en la plaza de los Conquistadores en la Exposición Iberoamericana de 1929. A la finalización del certamen fue desmontada y posteriormente se trasladó en 1948 a la plaza de Chapina. Todo el tráfico rodado, que iba en aumento año a año, pasaba rodeando la estatua al ser la entrada y salida de vehículos hacia Huelva y Extremadura. Su ubicación era cada vez menos idónea. Para colmo, la estatua representaba a Rodrigo de Triana sosteniendo un pañuelo con el brazo en alto y el puño cerrado. El pañuelo fue en alguna ocasión objeto de fractura. Rodrigo “el rojo” o “el comunista” le pusieron de remoquete. Todo hizo que sobre 1973 la estatua fuese sustituida por otra que se colocó al final de Pagés del Corro cerca de la plaza de Cuba. De “el comunista” nunca más se supo. El pebetero también desapareció con las obras del puente del Cachorro.

Nada queda de aquello, solo los recuerdos y las hemerotecas.

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Casi 24 años después, el fuego griego volvería a Sevilla con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona. El 13 de julio de 1992 de la mano de Fernando Climent, capitán de la embarcación sevillista en las regatas Sevilla-Betis por aquellos años y medallista de plata en Los Ángeles 1984 -dos sin timonel-, se prendía un nuevo pebetero instalado junto al pabellón del COI en el recinto de la Expo’92 en la orilla de Triana. 

Pero eso es otra historia.

*Foto de cabecera de la web Club Náutico de Sevilla

**Foto de Rodrigo de Triana de Google, sin poder localizar a su propietario.


jueves, 18 de julio de 2024

LA AGENDA DE AGUSTÍN

En la imagen podemos apreciar a Manolo Cardo, Serna, José Luis, Choya, Francisco, nuestro querido amigo Agustín Rodríguez y Ruda.

Por Juan Castro Prieto.

Todos los historiadores e investigadores tienen unos determinados utensilios para realizar sus trabajos. Los arqueólogos cuentan con pequeños escardillos o azadas que les ayudan a excavar, cuentan también con pequeños palustres para mover la tierra. En nuestro caso nuestros trabajos de investigación constan de buenos archivos y fichas documentadas. En este caso hablaremos de la agenda, un utensilio útil y especialmente querido. 

Hace ya una treintena de años Agustín Rodríguez, antiguo periodista e investigador deportivo, iba siempre acompañado de una agenda en tonos oscuros donde concentraba toda la información diaria que recogía. Allí podíamos encontrar el teléfono o la dirección de algún alejado pueblo de muchos de los jóvenes deportistas que pasaron por la cantera del Sevilla. También estaban los teléfonos de algún cochero que transportaba a los Reyes Magos desde el Sánchez Pizjuán hasta el hospital San Juan de Dios para regalar juguetes a los más pequeños. 

La agenda valía para un roto y un descosido, porque durante un tiempo Agustín lo fue todo en el Sevilla Fútbol Club, desde historiador oficial de la entidad hasta relaciones públicas de la misma, cargo que ostentó sin recibir emolumento ninguno. Aquella agenda no hubiera sido posible sin el apoyo de sus hijos Marco e Israel, que fueron vertiendo muchas de aquellas informaciones en una página web que recordaba nombres antiguos, como la de Sevilla C.F. 

Agustín nació en 1948 en el Viso del Alcor. De joven trabajó de varios oficios pero su tarea periodística comenzó como colaborador de la Hoja del Lunes y El Correo de Andalucía. Allá, por finales de 1970 fue jefe de deportes de Radio Popular, que compaginó como director de El Sevillista y redactor jefe de El Sevillismo. 

Como un arqueólogo cualquiera que escribe en sus cuadernos de campo, Agustín lo escribía todo en aquella voluminosa agenda por la que siempre sobresalían papeles, de allí a veces salían antiguas fotos y como si fuera una mágica chistera, alguna vieja entrada del antiguo Nervión. 

Esa antigua agenda que nos acompañaba en los estudios de radio del Sevilla, en aquellas tardes de Historia Viva a Carlos Romero y al que suscribe, llevando a las ondas muchos de aquellos apuntes. Eran otros tiempos, todo se escribía con bolígrafo y sobre papel e incluso teníamos una estupenda cámara fotográfica con siete megapíxeles (la bomba), que utilizábamos cuando no podíamos obtener el documento. 

Días largos y tardes más largas donde aprovechábamos el mediodía y la comida para contactar con el compañero, nunca molestábamos, no hacía falta WhatsApp, sencillamente hablábamos por teléfono. Fueron viniendo compañeros más preparados tecnológicamente, pero cuando a veces no encontrábamos un dato, Agustín buscaba en su agenda y ¡VOILA!, allí estaba la referencia. 

Agustín fue acumulando recuerdos, libros, fotos en cajas, sobre los armarios, en el suelo, hasta en la mesa del salón, con permiso de Mari Sierra que solo puede ser entendido desde el cariño y la paciencia. 

Se nos fue y dejó sus archivos que hoy están en el Área de Historia del Sevilla, pero a los amigos nos dejó aquellos ratos de felicidad e ilusión que compartimos. A veces la historia se mantiene de los recuerdos de lo que los historiadores llaman intrahistoria, una vieja agenda que nos devuelve al pasado feliz. 


martes, 16 de julio de 2024

AQUEL 18 DE JULIO DEL 36

Por Antonio Ramírez - @Voladizogolsur 

“El primer deber de todos es ayudar a que las pasiones se encalmen, y remita a la normalidad de espíritu la hiperestesia nerviosa de estos días” (1)

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Cada 18 de julio, y no me pregunten por qué, uno tira de lo leído y lo escuchado y se le viene a la memoria un singularísimo personaje al que mi admirado Félix Machuca calificó como de “ministro plenipotenciario”; el Loqui de Triana. 

El Loqui fue uno de esos personajes sevillanos de patio de Monipodio y que abundaban en la posguerra. Fue diana de las bromas más crueles de los señoritos borrachos que lo usaban para su divertimento y sobre el que Garrido Bustamante escribió; “Un día le hicieron creer que había ganado la oreja de plata como fruto de una intervención suya en la plaza de toros en la que anduvo más en el aire que sobre la arena. Se la entregaron pomposamente envuelta en un estuche. Era un calzador de la Zapatería de Carmelo Orozco”. Porque el Loqui quiso ser torero, pero su incorporación a lo más alto del escalafón taurino fue brutalmente truncada. El 18 de julio de 1936 estaba anunciado en los carteles de una nocturna en la Maestranza, un espectáculo cómico taurino que por razones obvias nunca se celebró. El Loquí siempre imputó la responsabilidad de todo aquello a Juan Belmonte que fue capaz de organizar una guerra para evitar que le arrebataran la supremacía de la tauromaquia en Triana…

Pero aquel infausto día en Sevilla hubo más suspensiones, aunque no repartiré responsabilidades a fantasmas como hizo el Loqui, aunque vayan ustedes a saber.

La foto que encabeza este escrito fue tomada el sábado 29 de julio de 1939 y se corresponde a una doble celebración; se festeja en primer lugar el título de Campeón de España de 1939 obtenido por el Sevilla FC-que tras el cambio en la Jefatura del Estado pasó a llamarse Copa del Generalísimo- pero también se agasaja otro título y su correspondiente copa. Se trata del republicano Campeonato de España Amateur de 1936 y que tuvo que postergar tres años su celebración por motivos que contaremos a continuación. Las dos copas a priori parecen idénticas, aunque créanme si les digo que la Amateur está más trabajada en su orfebrería. 

Dos títulos, dos copas compartiendo mesa y mantel; uno republicano y otro franquista.

Ese título republicano fue conquistado por el Sevilla FC Amateur al vencer 3-2 al Zaragoza el 21 de junio de 1936. El once de la final disputada en el estadio de Mestalla en Valencia estuvo compuesto por:  Moreno; Badía, Jara; Félix, Duarte, Alfonso; Tejada, Fermín, Palencia, Salustiano y Benítez. El Sevilla FC Amateur, entrenado por el mítico Pepe Brand, renovaba su título de Campeón de España que también había ganado el año anterior en el madrileño estadio de Chamartín al vencer por 6 a 1 al Club Ciosvín de Vigo y como previa a la finalísima de la Copa Presidente de la República, Campeonato de España de 1935.

Tras la final de Valencia del 36 el equipo Amateur aprovechó su estancia en tierras levantinas para realizar una minigira disputando algunos partidos amistosos con la obtención de algún que otro trofeo.

Para festejar el éxito obtenido se organizó una comida en honor de los Campeones de España, dicha celebración tendría lugar en el Hotel Andalucía Palace (actual Hotel Alfonso XIII) el sábado 18 de julio de 1936 a las nueve y media de la noche. El precio por cubierto para los socios asistentes era de 12 pesetas.

Pero dicha cena no tuvo lugar.  La crema madrileña, los medallones de Turbot Parisién, la ternera Demidoff, los panachés de legumbres, los helados Melba, los vinos, licores y el café que componían el menú quedaron en las cocinas del hotel.

Apenas unas horas antes de la establecida para el homenaje, las tropas sublevadas encabezadas por Queipo de Llano tomaban la ciudad, uniéndose así al levantamiento golpista que desencadenaría el estallido de la Guerra Civil en España.

Tres años más tarde como recoge la fotografía y una vez finalizada oficialmente la contienda bélica, en las propias instalaciones del viejo Nervión se hizo una cena íntima entre los socios para agasajar a los campeones de España del 39 y no se olvidaron de los amateurs del 36. Al precio de 17 pesetas el cubierto se sirvió un menú compuesto de paella valenciana, pollo en salsa, gazpacho, frutas del tiempo, vino, café, copa y puro.

Los comensales que aparecen en la instantánea son pura historia del Sevilla FC; Don Ramón Sánchez-Pizjuán, el doctor Leal, Ocaña, Raimundo y su padre, Campanal, Ayuso, Berrocal, Antonio Calderón, Palencia y hasta el pregonero Antonio Rodríguez Buzón, rodeados de otros grandísimos jugadores e ilustres sevillistas que darían para muchos escritos.

(1) Primera plana del diario El Liberal, 17 de julio de 1936.


martes, 9 de julio de 2024

EL OTRO PALMARÉS

                                 

Por Pedro J. Sendra @pedrojosesendra

El término palmarés proveniente del francés es aceptado por la Real Academia de la Lengua Española que lo define de forma breve en una primera instancia como lista de vencedores en una competición.

En una segunda acepción más amplia lo identifica como historial o relación de méritos especialmente referido a los deportistas.

En el marco de esta última significación voy a tratar de encuadrar una serie de logros obtenidos por el Sevilla Fútbol Club que no tendrían cabida atendiendo a una restrictiva interpretación del sustantivo pero que encierran un enorme valor por sí mismos y explican la preponderante situación de este Club en el ámbito geográfico de la comunidad andaluza, española y europea.

¡Oh, qué poder tan grande sería el que nos concediera el don de vernos como los demás nos ven! R. Burns.

Sirva este pensamiento como muestra de humildad pero también de orgullo que todo sevillista debiera tener presente, en honor a aquél poeta lírico escocés que sin saberlo propició la fecha fundacional del Sevilla Football Club.

Entrando en materia y comenzando con la oficialidad competicional que tiene su acomodo en el Campeonato de Andalucía organizado por la recién creada Federación Regional Sur a principios del siglo XX, conviene reseñar un revelador dato; tras veintiuna ediciones celebradas, las tres únicas veces que no se obtuvo el máximo reconocimiento se saldaron con segundas posiciones.

Así ocurrió en la temporada 1915/16 perdiendo la final a un solo partido por un gol a dos frente al Español de Cádiz, la celebrada en el curso futbolístico de 1917/18 con final a doble partido empatando a uno en el campo del Mercantil frente al Recreativo de Huelva y perdiendo en el Velódromo por dos goles a cero con el equipo onubense. Diez años después al estilo de cualquier serial televisivo, temporada 1927/28, tras quedar igualado en la fase final con el R. Betis Balompié y disputar partido de desempate perdido por tres goles a uno, cedió el entorchado por última vez en esta importante competición andaluza.                                         

La compasión es una de las más hermosas facultades del alma humana. L. Tolstoi.

Hasta en cuatro ocasiones se rozaron las mieles del campeonato de liga comenzando por la de aquella temporada de 1939-40 en la que a pesar de comenzar sin portero fijo ya se destacó en los primeros lugares. Compitió en dura pugna contra el At. Aviación, empatado hasta el último partido en el que le bastaba la victoria para proclamarse campeón por mejor coeficiente particular pero llegó aquél célebre partido de Bardín en el que se rompió la nobleza competitiva cuando a veinte minutos del final el Hércules logró el empate a tres y se puso a echar balones fuera defendiendo la igualada como si le fuera la vida en ello. La actuación alicantina “forzada desde Vallecas”, no fue ni correcta ni deportiva.            

Lo bello en el arte es siempre verdadero, pero la verdad no siempre es bella. Ernst Rietschel.

Tres años después, repite subcampeonato. Inicia la Liga 1942-43 de manera fulgurante con goleadas para sumergirse durante un tramo en una crisis de resultados que lo llevaron a ocuparla tercera plaza en el ecuador de la competición. Reaccionó en la segunda vuelta para llegar a las 4 últimas jornadas en un solitario mano a mano con el At. de Bilbao que finalmente se hizo con el Título.                                      

Tal como se presenta, la disputa es muy graciosa; pero si intentamos explicarla no haremos más que estropearla. Sheridan, Rivals, IV,3.

Al final de la década de los cuarenta el comité directivo de la Federación Española de Fútbol acordó que se disputase cada año una nueva competición, a partido único, entre los campeones de la Liga y la Copa de la temporada anterior con las mismas normas que regían para el Campeonato de España y con la denominación de Copa María Eva Duarte de Perón en honor a la primera dama argentina que había donado el trofeo.

La segunda edición del trofeo, temporada 1947/48, la disputó el Sevilla F.C. frente al F.C. Barcelona en el campo neutral de Mestalla el 19 de diciembre de 1948 en un día ventoso y frio bajo un intenso aguacero. El resultado fue un escueto uno a cero para la escuadra catalana que sumó a su palmarés por primera vez este nuevo título oficial. Se da la curiosa circunstancia que las únicas siete ediciones que se celebraron de la Copa Eva Duarte sólo la disputaron seis equipos y uno de ellos fue el equipo andaluz. 

La naturaleza crea el mérito, y la fortuna lo pone en acción. La Rochefoucauld.

Nos trasladamos a la feria de Sevilla un 22 de abril de 1951. En Nervión último partido de liga frente al At. de Madrid con el Título en juego entre ambos. Una victoria de los locales los hace campeones. Al descanso se llega con empate a uno. Minuto siete de la segunda parte -Calle del Infierno-, marca Araujo el dos a uno y el árbitro Azón a solicitud de su linier Saz invalida con posterioridad un gol previamente concedido incumpliendo la norma novena en su apartado C del vigente Reglamento de la FEF aprobado en 1948 que decía «El balón está en juego mientras no se adopte una decisión sobre una supuesta infracción de las reglas del juego».

El Sevilla FC envía un escrito de protesta a la Federación Española de Fútbol alegando la inversión absoluta del resultado técnico del encuentro*. Resultado final de empate a un tanto y otro nuevo subcampeonato de liga.

*Investigaciones recientes revelan la actividad de Lucas Saz Olmedo como Agente comercial del negocio de un empresario de origen gallego radicado en Sevilla acatando las órdenes de un Teniente General del Ejército Español. (Continuará).

Aunque la autoridad sea un oso testarudo, con frecuencia se consigue amarrarlo por el hocico, a fuerza de oro. Mostrad el interior de vuestro bolsillo al alcance de su mano. Shakespeare.

El 17 de abril de 1955 daba comienzo el Campeonato de España de ese año con catorce equipos participantes, los doce primeros clasificados de primera división y los dos campeones de cada uno de los dos grupos de segunda división.

El Sevilla F.C. eliminó en las rondas de octavos, cuartos y semifinal a la C. Leonesa, Valencia C.F. y R. Madrid por ese orden, plantándose en la final frente al At. Bilbao.

Con la ausencia destacada de su delantero centro titular Araujo, sustituido por un joven Quirro que causó baja por lesión al inicio de la segunda parte consiguió aguantar el empate a cero hasta que a veinte minutos del final del partido anotó Uribe el uno a cero para los vascos que obtuvieron su decimoctavo título copero. Digno subcampeón fue el Sevilla F.C., que en las semifinales dejó espectacularmente en la cuneta al campeón de Liga, después de vencerle en los dos encuentros con sendas goleadas.

No te olvides de tener la cabeza a punto en las dificultades. Horacio.

A principios de abril de 1957, a falta de tres jornadas, sólo tres equipos aspiran a ganar la liga; R. Madrid, F.C. Barcelona y Sevilla F.C.. Con el R. Madrid ya campeón se dirime la segunda plaza en el que sería el último partido en el viejo estadio de Las Corts y como en aquella gloriosa tarde del 31 de marzo de 1946 el Sevilla F.C. empató uno a uno y en esta ocasión certificó la segunda posición en el campeonato de liga que un mes más tarde le otorgaría plaza para disputar la Copa de Europa, competición que inscribiría en los anales de su historia al tercer equipo español en disputarla tras los madrileños y los bilbaínos del atlético.

Aprovecha la oportunidad en todas las cosas; no hay mérito mayor. Píndaro

Pese a estar inmerso en una profunda crisis económica derivada del coste generado con la construcción del nuevo estadio, el Club consiguió situar a su filial en la segunda división, proclamar a su equipo juvenil campeón de España y llevar a su primer equipo a una nueva final del Campeonato de España en el año 1962.Tras superar los escollos planteados por R.C. Celta de Vigo, R. Betis Balompié, C.D. Tenerife y Valencia C.F., se presenta una nueva final inédita frente al R. Madrid a disputarla en Chamartín. Tras dominio sevillista en el primer acto se llega al descanso sin inaugurar el marcador. A los dos minutos de la reanudación se adelantan los andaluces con gol de Diéguez. Pasada la media hora de juego empata el equipo de casa mediante un penalti transformado por Puskas. Apenas tres minutos después penalti clarísimo, en esta ocasión, favorable al Sevilla F.C. que lanza fatal Mateos fallando el disparo. Cuando la prórroga planeaba sobre el césped, un balón en el área sevillista que no se acierta a despejar acaba finalmente en la portería sin tiempo para más. En esta ocasión el subcampeonato posibilitó el debut de los sevillanos en la competición de la Recopa creada por la UEFA.

El egoísta se ama a sí mismo, sin rivales. Cicerón.

El 14 de agosto de 2010, el club decano hispalense se reencuentra por segunda vez con la Supercopa de España, que ya había conquistado tres años antes. En esta ocasión se enfrentaba al Barcelona con el partido de ida en el Ramón Sánchez-Pizjuán venciéndole por tres goles a uno.

El 21 de agosto en el Nou Camp, Antonio Álvarez reservó a algunos de los titulares para el partido de previa de UEFA Champions League, tres días después, contra el Sporting de Braga en el que nos jugábamos la participación en esta competición. El Sevilla F.C. no pudo conservar la ventaja adquirida y el Barcelona le pasó por encima venciendo por cuatro goles a cero.

Muy pronto pierde quien desconfía en ganar, Anónimo. The Play of Stuckley,711.

De nuevo otro Campeonato de España en la temporada 2015/16 los sucesivos sorteos en la competición doméstica de la Copa nos deparan ciertamente un itinerario asequible enfrentándonos a la U.D. Logroñés, R. Betis Balompié, C.D. Mirandés y R.C. Celta de Vigo si no recuerdo mal, de tal guisa que nos desplazamos al Vicente Calderón a disputar el 22 de mayo de 2016 nuestra octava final del Campeonato de España, cuatro días después de jugar y ganar la quinta UEFA Europa League al Liverpool. Pese a acusar el esfuerzo realizado en Basilea se consiguió dominar y encerrar en su campo al F.C. Barcelona hasta que las fuerzas aguantaron. El marcador reflejaba empate a cero al final de los noventa minutos dando paso a una prórroga en la que se mostró superior el Barcelona obteniendo al final un dos a cero en el minuto 122 del partido. 

Europa es una cosa preciosa como museo de cultura. Figgia, The Will to Freedom.

La condición de finalista del reciente Campeonato de España y habiendo ganado el Barcelona la liga posibilitó la participación en nuestra tercera Supercopa de España que se quedó en eso tal como reza en el trofeo otorgado por la Real Federación Española de Fútbol “Equipo Finalista de la Supercopa del Fútbol Español”. Una derrota en casa el 14 de agosto de 2016 por cero goles a dos en la que faltó aplomo y sobró inocencia se cerró tres días después con otra por tres goles a cero.                                    

A una pequeña chispa sigue una gran llama. D. Alighieri.

Acudía el equipo andaluz, de nuevo, a la que era su novena final del Campeonato de España. En el camino había eliminado entre otros al Atlético de Madrid, equipo que aportaba al evento su estadio, el Wanda Metropolitano. Aquel 21 de abril de 2018 era la fecha fijada para su disputa frente al F.C. Barcelona. Afrontaba el Sevilla F.C. este partido una semana después de caer eliminado por el Bayern de Múnich tras empatar a cero en Alemania en cuartos de final de Champions League. El equipo de Montella no compitió, jugó sin alma, con falta de actitud y no hubo nada que destacar en positivo en esta ocasión, si acaso el subcampeonato y la afición que allí nos dimos cita para ser testigos de algo insólito en nuestro Club. El Sevilla F.C. salió derrotado por cinco goles a cero.                                        

Con los sufrimientos los hombres se ganan mayores sufrimientos, y con las indignidades, dignidades. Bacon.

Tal como ocurrió en 2016, debido al doblete en liga y copa del F.C. Barcelona, le corresponde al Sevilla F.C. jugar la Supercopa de España en 2018. Será esta la decimoctava final del equipo andaluz en el presente siglo y la primera vez que se disputará a partido único y fuera de España. La sede fue la ciudad marroquí de Tánger un 12 de agosto de 2018, con un público local mayoritariamente partidario del equipo catalán y en una fecha situada justo en medio de la semana que el Sevilla F.C. contendía en la segunda eliminatoria previa para la UEFA Europa League con el F.K. Zalguiris. Aun así se compitió adelantándose en el marcador si bien el rival remontó con dos goles que pudieron ser neutralizados con un penalti fallado por Ben Yedder en el descuento que hubiera forzado una prórroga. Resultado final 1-2 para un Sevilla F.C. que jugó de local con su primera equipación.

Quien se muestra gentil y cortés con los extranjeros demuestra ser un ciudadano del mundo. Bacon.

Para rematar este otro palmarés, como si del gol de oro se tratara, no cabe mejor colofón que dejar constancia de los seis subcampeonatos obtenidos en la más alta competición europea a día de hoy como es la Supercopa de Europa que enfrenta a los dos campeones europeos de la temporada. Así clubes de la entidad del A.C. Milán, R. Madrid, F.C. Barcelona, F.C. Bayern de Múnich o Manchester City han tenido como rival destacado al Sevilla F.C. y ciudades como Mónaco, Cardiff, Tiflis, Trondheim, Budapest o la misma Atenas han podido disfrutar en estas finales del más grande equipo del sur de Europa. 

No hay delito mayor que la audacia de sobresalir, W. Churchill.


lunes, 8 de julio de 2024

JUAN ARZA Y BARBEITO EN SU PREGÓN

Por José Melero, @JMelero1 

Juan Arza llegó a Sevilla en el año 43. En aquella Sevilla de posguerra, de miseria, represión y cartillas de racionamiento, pronto iba a representar la ilusión de unos aficionados cuyo mayor interés era ir a ver cada domingo a este navarro heredero de la forma de jugar de aquellos jugadores sevillistas que en los años veinte habían creado escuela y que hacían de la magia de su futbol la expresión artística más acendrada. Porque Juan Arza, Juanito, "El niño de oro", tenía ese dominio exquisito del cuero, el toque, el quiebro, el regate del olé. El fútbol en su más sublime expresión. El arte por el arte.

Vino del Club Deportivo Málaga y el coste de su fichaje, fue de 90.000 pesetas, dos partidos amistosos y las cesiones de tres jugadores, siendo la contratación más cara hasta entonces para la entidad. El montante del traspaso y su extraordinaria calidad motivaron el apodo de "El niño de oro", ocurrencia de su entrenador Patrick O'Connell, para el que pronto se convirtió en su ojito derecho, hasta el punto que los compañeros de equipo le apodaron con mucha guasa "El niño de O'Connell".

Su debut se encuadró el 5 de septiembre de 1943 en Málaga, en uno de esos partidos amistosos que tenía acordado el club sevillista con el malagueño, como compromiso contraído por el traspaso.

Esa semana, ese año y esa época pertenecen a un tiempo en constante agitación: dos días antes de su debut, Italia capitula ante los aliados, se produce el comienzo de la I Legislatura de las Cortes Españolas (1943-1946) y comienza la repatriación de la División Azul, una unidad de voluntarios españoles que formó una división de infantería para luchar contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial y a favor del ejército de la Alemania nazi.

En sus 16 temporadas con el Sevilla, Juan consigue: La Liga 45-46, la Copa de 1948, el Subcampeonato de Liga 50-51 y 56-57, el Subcampeonato de Copa de 1955 y el Trofeo Pichichi de la temporada 54-55 con 29 goles.

Todo eso pasará poco a poco, con los días que se iban sumando en la vida de Juan Arza. Internacionalidades, partidos históricos, goles imposibles y actuaciones que le llevaron a que los grandes como el Madrid, el Barca u otros clubes de fama internacional pujaran por tenerlo en sus filas, ante la negativa de Ramón Sánchez-Pizjuán, que una y otra vez lo declaraba intransferible.

Una vez retirado su sapiencia futbolística lo llevo a ocupar el banquillo en distintos clubes españoles, entre ellos el Sevilla, en donde entrenó en varias etapas: temporada 65-66,67-68 y 68-69, y finalmente en la 72-73. Como entrenador del Sevilla, su mayor logro fue un ascenso a Primera División, conseguido en la temporada 68-69. También ocupó el puesto de delegado del Sevilla, en las décadas de los 80 y 90.

"Dorsal de Leyenda" del club, falleció en Sevilla el 17 de julio de 2011.

En 2005 el periodista y escritor nacido en Aznalcázar (Sevilla), Antonio García Barbeito, pregonero del centenario del Sevilla FC, glosó las virtudes futbolísticas de Juan Arza con una maestría sin igual. Unas palabras cuyo texto se hace necesario rescatar, con la idea de que no se pierda dada su belleza y pueda ser recordada los máximos años posibles.

Decía así:

Los más viejos que conocí hablaban de un muchacho de por ahí, uno que vino y empezó a darle al césped categoría de flor de la canela. Dicen que la tocaba, la llevaba con el mimo con el que se enseña a andar a un hijo, la escondía como si fuera una bolita de trile y cuando se daban cuenta los contrarios ya iba la cosa tres a cero. No es andaluz, pero dicen que en los pies tenía las manos del bordador Juan Manuel. ¡Cómo lo contaba Manuel, que se hizo sevillista por él! Y la pedía, decía dámela y se iba que parecía que el balón era de chapa y corría sobre un imán bajo la yerba. El balón en los pies, la vista larga, y ná del otro mundo: estilizao como una bailarina, pero con cinco diablos en las botas. La cogía, se regateaba hasta el del marcador, y se iba tan niño y tan chulo con el balón y se entretenía en contarle los nudos a la red. Y es que lo hacía hoy, y mañana, y pasao mañana, y cuando quería. Era un chaval, veintidós o veintitrés años, pero tenía la gracia de Sevilla en los pies y la agilidad de una pantera. Veinte o veintidós años. Cuando la cogía y la coronaba, el Sánchez- Pizjuán se le venía encima, aplaudiéndole como si fuera un torero, y es que era torero, con aquella gracia que tenía jugando. ¿Tú qué sabes, si tú no has visto jugar a Juanito Arza?

martes, 25 de junio de 2024

EN BUSCA DEL ESLABÓN PERDIDO

Por Juan Luis Franco, @CornelioSfc

La preciosa aventura de la investigación nos ha llevado por caminos insospechados, todo estaba por descubrir. Fueron tiempos muy ilusionantes, porque cada pequeño hallazgo llevaba a otro. 

Eran de tiempo de busca de eslabones perdidos que conectaran 1890 y 1905.

Nuestros antepasados nos dejaron escrito que la Seville Water Works, la del agua de los ingleses tuvo mucho que ver con los inicios del Sevilla Football Club, eso lo contaremos otro día. También la Fundición Portilla & White, eso dará para contarlo otro día, quizá distinto al anterior. 

Lo que vamos a contar hoy va de barcos. Estábamos convencidos que entre los barcos amarrados en el Guadalquivir se encontraba algún eslabón de esa cadena intersecular de nuestro pasado. La MacAndrews era el objetivo. 

La pista apareció en un estudio sobre las navieras: Las navieras españolas en el espejo británico (c. 1860 - c. 1914): la transferencia de capitales, sistemas de gestión y modelos de financiación en una industria internacionalizada. "Transportes, Servicios y Telecomunicaciones", diciembre 2007, Número 13, pp. 94 a 121, Jesús María Valdaliso, Universidad del País Vasco.

Lo importante de este documento son un par de notas al pie, de las que citamos una, que informan de lo siguiente:

Charles E. Eder, el socio industrial de MacAndrews y Cía. mantuvo el puesto de Secretario de Miguel Sáenz y Cía. durante todo el tiempo de duración de esta compañía. Museu Marítim de Barcelona (MMB), Centro de Documentación Marítima (CDM), Fondo MacAndrews, Actas de las Juntas Generales de M. Sáenz y Cía.

¡Los documentos de la MacAndrews están en Barcelona, en el Museu Maritim!

Muy bonito todo, pero la pista estaba A 1.000 Km de Nervión.

Entonces nos acordamos del amigo Joan (@joanmv79), el cual generosamente aportó a la causa un tiempo del que no disponía para enviarnos unos datos que hicieron avanzar nuestras investigaciones.

Nos comentó que la gente de allí estuvo super amable y todo fueron facilidades, se sorprendieron por la consulta porque al parecer, el fondo MacAndrews es de lo poco que no tienen digitalizado, así que bobinas y máquina de aquella de pasar fotogramas con un rodillo.

Así que el bueno de Joan estuvo dándole vueltas a dos de aquellas viejas bobinas, con aquellos antiguos artilugios que te dejaban mareado al cuarto de hora, eso lo contaremos otro día.

Aparecieron nombres, entre ellos, Tomás Geddes, uno de aquellos futbolistas de finales del XIX, y como no podría ser de otra forma, y confirmando la importante presencia de la «F», eso lo contaremos otro día, allí estaba en una bobina


E.F. Johnston

Sirvan estas palabras para reiterar nuestro agradecimiento a Joan, así como esos tantos otros no dudan en aportar lo que tienen para engrandecer la historia del Sevilla Fútbol Club, hermosas anécdotas y amistades han surgido a través de colaboraciones, pero eso lo contaremos otro día.


martes, 18 de junio de 2024

SPENCER

Por José Melero - JMelero1

Muchos habréis creído al leer el título del articulo que os iba a hablar de un futbolista extranjero, de ascendencia británica. Pues se equivocan de medio a medio. Spencer era sevillano, nacido en la calle Betis, el 4 marzo de 1897 y bautizado en Santa Ana, en "la pila de los gitanos". Un trianero que se vanagloriaba de serlo y que se llamaba en realidad Enrique Emilio Manuel de la Santísima Trinidad Gómez Muñoz.

Spencer venía de una familia de marinos, su padre D. José Goméz era maquinista naval, y estaba casado con  Dª Carmen Muñoz, datos que conocemos gracias al investigador Pedro José Sendra . Siendo muy niño falleció su progenitor, lo que dejó a la familia en una situación económica muy delicada, así que el pequeño Enrique conoció desde muy niño la escasez. Su madre lo colocó como aprendiz de mecánico, buscando con ello que tuviera una profesión que en un futuro le permitiera poder ganarse la vida y de camino aportar unas pesetillas para una familia que necesitó de la ayuda de sus parientes más cercanos para salir adelante.

Pero al pequeño Enrique lo que le gustaba era el fútbol. A menudo se le veía por el campo sevillista del Mercantil con su blusilla azul de aprendiz de mecánico, en espera de que el balón llegara junto a él para intervenir en el entrenamiento del equipo blanco, como aquellos maletillas antiguos que con la esperanza de pegar unos muletazos en los tentaderos vagaban por caminos y dehesas, en busca de una oportunidad.

Sobre el apodo de Spencer se ha escrito mucho décadas después de su muerte, la mayoría de las veces con teorías poco verosímiles. Se ha dicho que el sobrenombre le viene por el parecido físico con el zaguero Thomas Spencer, jugador y fundador del Jerez Football Club. Se decía que era rubio, de tez blanca y con pecas en la cara, igual que el británico jerezano, algo que viendo las fotos que existen del sevillista caen por su propio peso. También se ha llegado a escribir que lo de llamarse Spencer era para evitar que su padre, al leer las crónicas de los partidos en los periódicos, descubriera que se dedicaba a jugar al futbol, algo que tenía prohibido, puesto que su padre tenía pensado que se dedicara a estudiar medicina. Esta teoría también se diluye si tenemos en cuenta que su padre falleció siendo el pequeño Enrique muy niño.

Para encontrar la verdad del porqué del sobrenombre de Spencer nos tenemos que ir a las fuentes más cercanas, a cuando el trianero jugaba en el Sevilla Footbal Club y falleció repentinamente. En realidad ese inglesote fundador del Jerez Football Club del que hablábamos anteriormente, era muy famoso en la Andalucía futbolera del momento y por consiguiente entre los aficionados sevillanos, que iban a verlo jugar cada vez que venía a nuestra ciudad con su equipo. Era un futbolista fuerte, hercúleo y de una estatura descomunal. Enrique Gómez jugaba de defensa al igual que el británico, y lo hacía con la misma soltura, dominio y eficacia, y sus amigos, por contraste, empezaron a llamarlo Spencer, como ditirambo elogioso al pequeño Enrique. Un sobrenombre que gustaba a sevillano y que con el pasar de los años le haría famoso en toda España.

Spencer empezó jugando en el modesto Victoria F.C., pasando luego por el Athletic Club de Sevilla y el Recreativo de Sevilla, donde jugó su último partido con este equipo el 19 de julio de 1914, en partido frente al Andalucía Football Club, jugando de interior derecha.

Es de este equipo de donde es fichado por el Sevilla Footbal Club por el presidente sevillista Paco Alba, que hacía las veces de "patrón de pesca", que era como se denominaba a los ojeadores de los clubes. Con Paco Alba le unía no solo la coincidencia de posición en la que ambos jugaban sobre el terreno de juego, interior derecha, sino una fraternal amistad que hacía que fueran inseparables, donde Spencer veía al presidente sevillista como su más decidido amigo y protector. En la tienda de bicicletas y motocicletas que tenía el dirigente sevillista en la calle Francos, solían compartir charlas y era el lugar donde acudía Enrique cada vez que necesitaba algo del club. Cuando Paco Alba murió, en plena juventud, fue Spencer entre sus amigos el que más hondamente le afectó la desgracia. Rara vez hablaba Spencer de asuntos del Sevilla, que no tuviera enseguida un recuerdo para su antiguo amigo. ¡Si Paco viviera! Esa era la exclamación que tenía cada vez que la conversación discurría sobre interioridades y conflictos del Sevilla FC .

El debut de Spencer con el equipo sevillista se produjo el 18 de octubre de 1914, en partido disputado frente al Real Betis FC, equipo que se había reorganizado tras estar prácticamente desaparecido y que volvía con el título de real bajo el brazo, antes de unirse con el Sevilla Balompié. El trianero debutó acompañando a Trujillo en la defensa blanca. Poco después el capitán sevillista Tornero, dada la velocidad tan característica de Spencer, decidió que donde mejor rendimiento podía darle al equipo era en el interior derecho, posición en la que vino a sustituir a Ramos "el Cerillero", que ocupaba esa demarcación hasta ese momento.

En realidad, Spencer encajaba mal en aquel fútbol español tan cimarrón. Su apodo británico, podía confundir a la gente al asociarlo con aquel estilo de juego anglosajón, que tan hondo había calado en el futbol patrio. Futbol de contacto y pase largo, el kick and rush, "patea y corre".Y Spencer no era así. Era estilizado y enormemente elegante. Ágil. Rápido. Trabajador.Oportunista. Y sobre todo un as en el arte de driblar contrarios. Hasta el punto que la propia afición le recriminaba a veces que se pasara de rosca con los regates. Fue recordado por mucho tiempo aquel derbi en el que en una misma jugada regateó hasta siete veces al bético Ramos, ante el delirio del público del Mercantil.

Pero pese a la exquisitez de su juego, que lo llevaba a ser un claro exponente de la "escuela sevillana", Spencer era un portento físico. Además del fútbol practicaba otros deportes. Montaba en bicicleta, dominaba el billar, era un buen gimnasta y le encantaba correr a pie, consiguiendo en esta última modalidad varias victorias de las que conservaba medallas y otros premios. Llegó a correr los 100 metros en tiempos de récord. En ocasiones le decía a sus amigos que de no haber sido futbolista, lo que le hubiera gustado más es haberse dedicado al atletismo.

Para redondear su personalidad, Spencer era noble sobre el terreno de juego, no se le conoció una entrada brusca y violenta. Jamás fue expulsado y no devolvía las patadas que sufría a mansalva. Durante los partidos solía escucharse un ¡Dale!, cuando recibía la pelota, anuncio del golpe que nunca devolvía. Era el medio habitual de quitarle el balón.

El 22 de marzo de 1915 en San Fernando (Cádiz) el joven Spencer iba a protagonizar un hecho insólito. Ocurrió en la final de la Copa Santo Mauro, en la que el Sevilla FC venció al Español de Cádiz por dos goles a uno. El joven sevillano pasaría a la historia por realizar lo que después fue denominada como “chilena”, un hecho que aunque esté recubierto de cierta controversia sobre cuál fue el primer jugador que estrenó esta técnica, la realidad es que está documentalmente probado que donde se realizó por primera vez no fue en Chile sino en San Fernando, y por un sevillano del barrio de Triana.

En noviembre de 1917, en un partido frente al Britania, Spencer iba a estrenarse en una posición nueva para él, como era la mediocentro, la posición que ocupaba Tornero, una nueva demarcación que no convenció al capitán del equipo Kinké, que había llegado al club blanco unos meses antes y que sustituía en la capitanía precisamente a Tornero, fallecido el 7 de agosto de ese año a los 23 años de edad, a causa de unas fiebres tifoideas.

Con la llegada de Kinké al Sevilla, Spencer se asentó en su posición de interior derecha y adquirió una madurez en su juego que fue propiciada por los consejos del capitán sevillista, con el que formó un dúo diabólico, que hacía levantar al público en cadA internada del trianero que normalmente acababa en gol del catalán. La sociedad que formaron ambos se fraguó principalmente en aquellos viajes en tren para marchar a aquellas ciudades españolas y extranjeras donde jugaba el Sevilla de visitante. Unos viajes que exigían paciencia ante las largas horas de traqueteo sobre los duros asientos de tercera, amenizados con juegos de cartas y mucha conversación.

Spencer era uno de aquellos profesionales marrones o profesionales encubiertos que cobraban por jugar. El profesionalismo no le pilló, ya que cuando se instauró en España, Spencer ya había fallecido unos meses antes. Pero el interior derecha sevillista ya había protagonizado algunos escarceos “profesionales” antes en otros clubes. El primero en Oviedo, donde marchó a hacer el servicio militar y donde jugó algún partido de campeonato con el principal equipo de la ciudad asturiana. Poco después sería el poderoso futbol catalán el que tentó al delantero sevillista. Sería el RCD Español de Barcelona el que se empeñó en que el interior derecha blanco vistiera su elástica. Para ello movió cielo con tierra, llegando incluso los dirigentes periquitos a entrevistarse con el alcalde de Sevilla. En cualquier caso, todo intento resultó infructuoso, ya que el Sevilla, apoyado por la Federación Regional Sur, le negó el transfer. El jugador finalmente regreso al club, jugando con el equipo sevillista en diciembre de 1922, siendo bien acogido por la entidad y la afición, para la que el delantero era su ojito derecho.

Pero para que estos equipos se fijaran en el trianero, antes tenía que haber alcanzado el jugador su cenit futbolístico, como así fue. Con la llegada en 1921 de León a las filas sevillistas, se completaba así la famosa "Línea del miedo", la cual causó sensación en toda España. Escobar, León, Kinké y Brand, resaltaron más si cabe el juego del interior sevillista.

Y poco después llegó la internacionalidad, una internacionalidad que debió de haber llegado antes, dado que fue un firme candidato acudir a las Olimpiadas de Amberes de 1920, pero que por diferentes motivos no acudió a la cita olímpica, al igual que algunos de sus compañeros de equipo. Así que su debut como internacional fue un 16 de diciembre de 1923 en Sevilla, en el campo sevillista de la Avenida Reina Victoria, donde el combinado nacional se enfrentó a Portugal a la que venció por tres goles a cero. En el

 mismo partido estrenaba internacionalidad su compañero Herminio, que ocupó el puesto de defensa izquierdo. Y pudo hacerlo su compañero en la delantera Brand, si no fuera porque los seleccionadores españoles José García Cernuda y Pedro Parages se decantaron por el madridista Del Campo para ocupar la posición de extremo izquierda, con el consiguiente enfado de los aficionados sevillanos que la tomaron con el delantero del Real Madrid.

Hasta ese momento, Spencer había jugado en todas las líneas del campo desde que fichó por el Sevilla: defensa, centro del campo y delantera. Solo le faltaba una… la portería.  Y eso se iba a arreglar el 20 de enero de 1924, en partido disputado en el campo del Patronato del Real Betis, en un derbi en el que el Sevilla FC venció a los verdiblancos por 2-4. Ocurrió que a resultas de una jugada en la que el jugador bético Castañeda choca con el portero sevillista Avilés, resultando lesionado este, su lugar en la portería hubo de ser ocupado por el bravo Spencer, al no estar permitido en esa época los cambios. No sería la última vez que el interior sevillista jugara de guardameta…

Mientras tanto, el interior sevillista seguía encandilando con su juego, algún acto de indisciplina propios de aquellos años donde no existía el profesionalismo, pero se le exigía a los futbolistas una total y plena dedicación al fútbol, y poco más que contar. A reseñar solo una nueva llamada de la selección en diciembre de 1924 para disputar un supuesto partido frente al combinado austriaco, que finalmente no se disputó.

A  principios de diciembre de 1925, Spencer empieza a sentirse indispuesto al finalizar los entrenamientos. Al principio creyó que se debía a la dureza de estos, que desde la llegada de Ramón Encinas se habían intensificado. Pero la insistencia y la agudización de los dolores tras un detenido reconocimiento vinieron a descubrir que la cosa era más seria, hasta el punto de ser precisa una intervención quirúrgica, puesto que lo que padecía el bravo jugador sevillista era una apendicitis. Y el 8 de diciembre de 1925 fue operado por los doctores López Rico y Royo. Aunque se presentaron algunas complicaciones realizaron la operación con final feliz.? Hay que resaltar que lo que hoy en día resulta una sencilla intervención, no lo era tanto en aquella época.

El jugador siguió entrenando con aparente normalidad, Spencer era un hombre sano, fuerte, que se cuidaba con auténtico celo, para estar siempre a punto en el deporte al que se dedicaba.Pero a finales de enero de 1926 vuelve a recaer y es intervenido de nuevo el 26 de enero de 1926.

El Sevilla Football Club se preparaba para recibir al Real Madrid en partido del Campeonato de España a mediados de marzo, mientras la prensa hablaba del estado de Spencer que llevaba unos días en los que había recaído y sus dolores se habían intensificado. Se hablaba de que la gravedad no había desaparecido y que el futbolista había pasado la noche anterior tranquilo.

Pero el desenlace no pudo ser más trágico, unas horas antes de que sus compañeros saltaran al terreno de juego del Reina Victoria para enfrentarse al Real Madrid en partido de Copa, Spencer había fallecido en su domicilio de la calle Harinas, a la edad de 28 años. Aquel futbolista que en su niñez merodeaba el campo del Mercantil para seguir de cerca a sus ídolos futbolísticos, aquel jugador que llegó a inventar la “chilena” y a ser el primer internacional andaluz de la historia, dejaba de existir en aquella mañana del 14 de marzo de 1926.

Mientras, en el abarrotado campo sevillista, la alegría y la algarabía de otros partidos se tornaron en tristeza y desolación por un público que mantuvo un impresionante silencio, solo roto por un murmullo que giraba en las conversaciones en torno a la prematura muerte de Spencer. Tantos los futbolistas de los dos equipos, como el árbitro y los jueces de línea, salieron al campo portando brazaletes negros en señal de duelo y un empleado del club paseó lentamente cara al público una pizarra donde se podía leer lo siguiente:

 "Al silbarse el comienzo del partido se guardará un minuto de silencio en memoria de Spencer, fallecido esta mañana. Rogad por él".

El árbitro, Pelayo Serrano, reunió a los capitanes Ocaña y Escobal y les dirigió unas palabras. Se alinearon los equipos y el colegiado hizo sonar el silbato. Los espectadores, como movidos por un resorte, se pusieron en pie, mientras los jugadores permanecieron rígidos en sus puestos. Era un momento de una emoción indescriptible. Diez mil personas rindieron aquel minuto de silencio en un emotivo homenaje al jugador sevillano. No se oyó ni un ruido, ni una voz, ni un grito. Nada.

Al terminar el partido, los jugadores de los dos equipos se personaron en el domicilio del difunto, donde los jugadores del Real Madrid condujeron el féretro hasta la Plaza Nueva, donde se despidieron para coger el expreso que les llevaría a la capital de España.

Desde la Plaza Nueva hasta la Alameda de Hércules el ataúd fue llevado a hombros por los jugadores, socios y directivos del Sevilla FC, que se fueron turnando. Una vez allí fue colocado el féretro en el coche fúnebre, siguiendo así hasta el cementerio.

El traslado del cadáver fue una gran manifestación de duelo, asistiendo millares de personas, en el que no faltaron coronas y telegramas desde todos los puntos de España. Incluida la de Thomas Spencer, aquel inglés jugador del Jerez Football Club del que el jugador sevillista tomó su nombre.

En el cementerio presidieron el duelo su madre Dª Carmen, su hermano Francisco  y otras personas de su familia, el presidente del Sevilla FC, barón de Gracia Real, así como algunos directivos sevillistas, entre los que estaba Juan López García, el cual no abandonó a Spencer en ningún momento desde que ingresó en la clínica para ser operado.

Fueron estos años veinte una época de triunfos deportivos del Sevilla FC, pero también lo fueron de desgracias sufridas por figuras del club que desaparecieron a edad temprana. Paco Alba, exjugador y expresidente, falleció a los 31 años, el centrocampista Tornero, a los 23 y Enrique Gómez Muñoz, "Spencer", a los 28 años de edad. 

El 8 de junio de 2012 fue inaugurado en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán un mausoleo en su memoria y en la de los dos personajes citados. Sirva estas letras además como pequeño homenaje para los tres.

martes, 11 de junio de 2024

TENEMOS UN TÍTULO MÁS


Por Redacción

Lo que dice la UEFA oficialmente en lo que al mundo del fútbol en Europa se refiere va a misa.

Lo que dice la Conmebol oficialmente en lo que al mundo del fútbol en Sudamérica se refiere va a misa.

¿Qué dicen la UEFA y la Conmebol de manera clara y diáfana?

Que el UEFA-CONMEBOL Challenge Club disputado en 2023 es un título oficial de ambas confederaciones, es decir, un título intercontinental.

El torneo forma parte del resultado con base en la firma del Memorándum de entendimiento UEFA - CONMEBOL, para el desarrollo y colaboración del fútbol entre las dos confederaciones con la creación de campeonatos oficiales.

En un principio, el encuentro se iba a considerar de carácter amistoso, ya que ambos clubes acordaron "un número ilimitado de sustituciones". Sin embargo, finalmente no se superaron los cinco cambios establecidos en competición oficial. Por lo tanto, no habría motivo para no considerar este título como oficial.

Por lo tanto, el Sevilla FC es campeón intercontinental, puesto que lo ganó.

¿Quién es el propio Sevilla FC para desmentirles?

Nadie.

En consecuencia, va implícito que el Sevilla FC acate el mandato de la UEFA y añada a su palmarés el título intercontinental.

                                          

A muchos clubes mundiales sólo les bastaría un gesto, un pequeño guiño, una frase de pasada para adjudicarse un título, (podríamos nombrar varios ejemplos) pero es que en el caso del Sevilla FC es un título con todas las firmas, con todos los sellos, con todo el aparato de publicidad por parte de UEFA y Conmebol.

¿Que podrían discutirse algunas cuestiones adyacentes? Todo es discutible, incluso lo indiscutible, pero no le corresponde al Sevilla FC hacerlo.

Hágase, asúmase, incorpórese, el club tiene el placet y la conformidad de las máximas autoridades futbolísticas mundiales y que sean los demás los que canten por peteneras.