viernes, 29 de septiembre de 2023

EL FINO HILO QUE TEJE LA HISTORIA

 

Por José Melero @JMelero1 

Decía la activista argentina e integrante de las Madres de la Plaza de Mayo, Taty Almeida, que hay un fino hilo que teje a lo largo del tiempo la historia de los pueblos. En el caso del Sevilla FC ese hilo lo tejieron en un principio aquellos británicos y sevillanos que en el siglo XIX decidieron crear un club democrático, integrador y abierto a todos, sin tener en cuenta su procedencia. De ahí venimos y nos sentimos muy orgullosos y orgullosas de ello.

A veces ese hilo se ha tejido bajo un sol radiante, otras bajo una noche sin luna. A veces en un contexto favorable y otros no tanto. Pero no se empezó a tejer ayer, se empezó a tejer hace mucho, de él venimos y trataremos de entregar con dignidad ese testigo a los que vienen tras nosotros.

El hilo de aquel jerezano hijo de un encargado de bodegas que decía que "todos los hombres de cualquier condición social...", el de los Kinké, Spencer, Brand y aquella "Línea del Miedo" que creó escuela en el fútbol español, el hilo de un presidente señero como  Roberto Alés que supo inyectar dosis de cordura y serenidad en unos tiempos oscuros en lo económico y en lo deportivo, el hilo de aquellos miles de sevillistas que se echaron a la calle para rebelarse ante una injusticia y en aquel agosto del 95 sembraron la semilla de un sentimiento renovado, sin el cual no se hubiera construido el club actual, el hilo de aquel grupo de jóvenes impetuosos que en 1975 crearon el primer grupo ultra antirracista del fútbol español, lo tejieron aquellos once bravos futbolistas aquella tarde del 31 de marzo de 1946 en Las Corts, donde los de Encina tuvieron que esperar a la última jornada para cantar el alirón, el hilo de aquella copa republicana ganada en parte gracias a una defensa que pasó a la historia formada por Eizaguirre, Deva y Euskalduna, a los que se sumaron los Alcázar, Campanal,Torrontegui,Tejada, Fede y muchos otros...

El hilo de "Las Tablas Rojas", de Baby Acosta, del "Trofeo Pichichi" de Juanito Arza, de Suker, el hilo de Antonio Puerta, de Maradona, de Bertoni y Scotta, de Blasco Garzón, de Monchi, el hilo que tejieron la familia Leal Graciani y la familia Pérez, el puñado de sevillistas de Oviedo, Navas, Kanoute y Palop, el hilo de Eindhoven, de Lora, de Gallego y de Francisco López Alfaro. El hilo de Berruezo y aquella fatídica tarde en Pasaron, el hilo de Busto, Campanal, Domenech, del viejo Nervión y del Mercantil. El hilo que tejieron Agüero, Dieguez, Antoniet, Pereda y Szalay, aquella maravillosa "Delantera de Cristal", el de los "Stukas", el hilo de los que contaron y cantaron nuestra historia, de los Juan Tribuna, de los José Antonio Blázquez y los Antonio García Barbeito. Recogemos el hilo del gran Paco Alba y aquellos hombres que creyeron que aquel deporte que irrumpía con fuerza podría generar unos sentimientos tan profundos...

Ramón Sánchez-Pizjuán decía que la historia del Sevilla era limpia y diáfana, libre de toda mácula, llena de esfuerzos y sacrificios, contestaba posiblemente con ello el viejo sevillista a aquellos que nunca nos quisieron bien y que lanzaban insidias que nacían de la envidia y del más insano rencor.

Venimos de lejos, es cierto, pero tened claro que no nos temen por lo que ya hemos logrado, nos temen por lo que podemos conseguir en el futuro.

miércoles, 27 de septiembre de 2023

TODOS SEVILLISTAS, DICIEMBRE DE 1908

 

Por Amaro García, @amaro_gc22SFC

Principios del siglo XX, a las 15:00 del día en cuestión en el Prado de San Sebastián, se organizó un partido del que se hizo eco la prensa.

Es algo que hoy nos puede resultar llamativo porque todos los integrantes pertenecían al Sevilla F.C., y los socios eran tan numerosos como para formar dos equipos, así como el conjunto arbitral. Recordemos que socios y jugadores eran lo mismo en aquella época, a excepción de los que tenían más edad, que normalmente eran directivos.

A la hora de preparar el partido se tuvo en consideración un enfrentamiento diferenciado entre los socios españoles y los ingleses.  A estos últimos se les presuponía más avezados en la práctica de dicho sport, pero la realidad es que los sevillistas españoles les dieron un baño ganándoles 5-1. Podríamos decir que en aquella época los derbis sevillanos se jugaban entre equipos de la misma sociedad sevillista, con efusivos partidarios de un equipo y otro.

¿Fue fruto de la casualidad? Es dudoso que así fuera.

Los jugadores, para poder llegar a un estado de entrenamiento óptimo y con capacidad de juego, tuvieron que haber estado practicando durante bastante tiempo. Aprendiendo a correr con una pelota, a chutar, a despejar, atacar y centrar al compañero.

Eso no se aprende de un día para otro. O todos sabían jugar o no sabía jugar ninguno.



La impresión del cronista así lo confirma. El juego fue magnífico.

Este partido no fue el primero del Sevilla F.C. en el nuevo siglo XX, pero de momento es el primero documentado en prensa como crónica del partido.

¿Por qué? Habría que preguntar a los directores de la prensa sevillana por qué no les pareció interesante o adecuado informar de los avatares del juego. Eran ellos los que manejaban la información cotidiana local, nacional e internacional. Eran los que decidían lo que debía interesar a la sociedad o no.  De hecho, no existía una sección deportiva definida. Los eventos futbolísticos podían aparecer bajo el epígrafe ‘’Sport’’, ‘’Foot-ball’’ e incluso en “Ecos de Sociedad”.

En este caso, por fin le dieron el espacio adecuado. A partir de aquí, el interés por la actividad futbolística sevillana fue creciendo.

Para más datos del partido no duden en consultar:

https://sfcpartidoapartido.blogspot.com/2018/10/13121908.html

lunes, 25 de septiembre de 2023

LA DELANTERA DE CRISTAL

 

Agüero, Dieguez, Antoniet, Pereda y Szalay

Por José Luis Herrera, @lpepeele 

En la temporada 1959-60, el Sevilla C.F. fichó a Luis Miró como entrenador del primer equipo (había sido portero del F.C. Barcelona y fue el cancerbero al que el Sevilla F.C. le metió once goles). Además, llegaron varios jugadores importantes para el transcurrir de esa temporada, como Pereda y Mut, entre otros.

Luis Miró logró ensamblar un gran equipo que hizo una temporada muy buena en la que quedó en tercera posición de la Liga. El equipo tipo que recordamos todos los que los vimos jugar estaba formado por Mut, Santín, Campanal, Valero, Ruiz-Sosa, Achucarro, Agüero, Diéguez, Antoniet, Pereda y Szalay.

De este equipo no podemos destacar qué línea era mejor, si el portero, la defensa, la media o la delantera, todas rayaron a gran altura; pero a los cinco atacantes se les conoció como La Delantera de Cristal.

No podría decir de dónde y por qué le vino el nombre, si era por su juego fino y goleador, o quizá porque solo jugaron juntos dos temporadas. Recordemos que al final de la siguiente temporada, el C.F. Barcelona se llevó a Pereda y Szalay, por lo que la delantera quedó rota.

En esta delantera no hubo un goleador que destacara sobremanera de los demás. Agüero, 9 goles; Dieguez, 12; Antoniet, 8; Pereda ll y Szalay, 14. En total la delantera marcó 54 goles, a los que hay que añadir los 9 goles que metieron Navarro, Loren, Ruiz-Sosa y Achucarro, que hace un total de 63 goles en 30 partidos, más de 2 goles por partido.

Agüero, paraguayo, era un jugador de casta y coraje. Diéguez, argentino, gran calidad y con una pegada desde media distancia lo mismo a balón parado como en carrera. Antoniet, alicantino, jugador valiente con muy buen remate de cabeza. Pereda, burgalés, era la calidad en estado puro, daba gusto ver como llevaba el balón controlado, casi sin mirar el balón, con la cabeza levantada buscando a los compañeros. Szalay, húngaro, fue el máximo goleador del equipo, finísimo jugador que, aunque era diestro, jugaba al balón con las dos piernas.


viernes, 22 de septiembre de 2023

EL CONTRAPUNTO

 


Por José Melero.

Durante muchos años Sevilla y Betis jugaron dos deportes distintos. Unos corrían y no esquivaban el cuerpo a cuerpo y otros la pasaban cortita y al pie. Unos competían en una maratón y otros jugaban estáticos, como si de un pívot de baloncesto se tratase.

Era una época donde el futbol español estaba dividido en dos escuelas, la escuela sevillana y la escuela vasca. Los que transitaban con ritmo cansino y los que iban cuáles ciclones imparables. Los que jugaban al pase corto y los que jugaban al pase corto... pero por arriba.

Eran los años veinte, y en aquel Sevilla sobresalía la delantera. Escobar, Spencer, León, Kinké y Brand. Los cinco se entendían solo con mirarse, y con la mirada inventaban caminos sobre el terreno de juego y con la mirada llamaban a la pelota, que como un perrito faldero les seguía sin perderse jamás.

El público los bautizó como la “Línea del Miedo”, por el terror que infligían a las defensas rivales. Y el tiempo les convertiría en leyenda.

Un equipo que deslumbró al futbol español en aquella semifinal de Copa frente al Athletic Club de Bilbao en Madrid en 1921, hace un siglo, casi nada. Del fútbol de aquel Sevilla que no copiaba a nadie y que hacía del arte de sus jugadores su fuerza mayor y que imponía al país su estilo, que no precisaba seguir el esquema de otros, pues tenía su personalidad, su filosofía, queda aquella victoria frente a los vascos. Una victoria del fútbol. El fútbol que gustaba ver y aplaudir a los aficionados y ante el cual España entera tuvo que inclinarse.

Un estilo que fue sinónimo de éxito, puesto que de los veintiunos de los Campeonatos de Andalucía disputados, los finos jugadores sevillistas ganaron todos menos tres. La razón de esto es simple: el fútbol reúne a quienes hablan el mismo idioma, los junta y genera cohesión de manera natural. Aquel Sevilla arrasaba en el campeonato regional y fue una maravilla porque durante décadas varios cracks estuvieron en el momento justo en el lugar indicado.

Sin la inmediatez con la que los actuales medios de comunicación construyen los nuevos ídolos del deporte, sin el respaldo de la televisión y las redes sociales que logran llevar hasta el último rincón del país la imagen de las estrellas del balón, aquellos héroes de blanco supieron agrandar el mito de un equipo que despertaba la admiración de una hinchada cuyo principal interés era ir a ver a aquellos intrépidos futbolistas de los que los periódicos hablaban y al que los niños trataban de emular en los arrabales sevillanos.

En la otra orilla, el Betis practicaba un futbol de contacto, rudo, de velocidad y fuerza, que tenía por combustible el pánico a perder frente a unos vecinos técnicamente superiores.

Eran aquellos derbis, una explosión en las gradas y sobre el escaso césped que habitaban en los terrenos de juego en aquellos años. Una rivalidad propiciada por una dicotomía en el juego, que levantaba pasiones y que sostenía dos estilos bien distintos, uno nacido del virtuosismo de sus protagonistas y otro que vería la luz ante la necesidad de sobreponerse al equipo triunfante en aquella Andalucía futbolera.

Cada Sevilla-Betis era una nueva batalla de esta guerra de nunca acabar. Dos equipos que amaban a una misma ciudad, que se ofrecía a los dos sin decidirse por ninguno.  

Un juego, el sevillista, que se asemejaba más a una filosofía de vida que a una forma de jugar, un estilo basado en el buen trato a la pelota. Y frente a ellos el Betis, su contrapunto.

 

jueves, 21 de septiembre de 2023

SEVILLA FOOTBALL CLUB, EL NOMBRE EXACTO DE LAS COSAS

 


Por Carlos Romero

Recuperamos algún artículo, que, por su importancia, consideramos que merece volver a ser leído. Es este caso el nombre con el que fue bautizado el Sevilla Fútbol Club, única cuestión que queda por recuperar tras las medias negras, su fecha fundacional y el escudo antiguo. Fue publicado en El Correo de Andalucía, el 25 de abril de 2017.

El nombre exacto de las cosas!

... Que mi palabra sea

la cosa misma...

Estos son algunos versos de Juan Ramón Jiménez referentes a la esencia, aquello que define a algo o alguien, lo racional en el caso del hombre.

En 1941, Francisco Franco Bahamonde, autoproclamado caudillo de España, dictó que todas las sociedades españolas, mercantiles, y asociaciones sin ánimo de lucro o deportivas, debían su nomenclatura al noble idioma español, por lo que se prohibieron los extranjerismos en las mismas.

De esta forma, en las sociedades futbolísticas, el Athletic Club, pasaría a llamarse Atlético de Bilbao; el Sporting de Gijón se llamaría Real Gijón, y el Racing de Santander, Real Santander SD, entre otros tantos. El Sevilla Football Club pasaría a llamarse Sevilla Club de Fútbol.

Fue una etapa negra para el deporte nacional, en la que los presidentes de los clubes de fútbol son nombrados a dedo por el sangriento general Moscardó, jefe político de la DND, (Delegación Nacional de Deportes) momento en el que Sánchez-Pizjuán es enviado (exiliado) a la Federación Española de Fútbol como vicepresidente, pues no gustó nada a la dictadura su manera de proceder en defensa del club sevillista en los años de la guerra, y en los inmediatos de la pos guerra.

Con el paso de los años, y sobre todo con la llegada de la Democracia, los clubes fueron recuperando los nombres con los que fueron bautizados, el Athletic Club lo hizo a principios de los años 70 con cierta valentía, y el resto de los clubes un poco más tarde.

¿Para y por qué lo hicieron? Porque el nombre forma parte de las identidades de los clubes, de su idiosincrasia, y porque la decisión franquista en los años 40 no partía de la voluntad de sus propios socios y aficionados, entre otras tantas razones. Era necesario recuperar sus señas de identidad, y sobre todo, su esencia.

En 1975, en Asamblea General, lo hizo el club sevillista, si bien con cierto decoro y a medias, a diferencia de otros clubes, pues sustituía el anglicismo «Football», por el españolizado desde los años 20, «Fútbol», pasando a llamarse Sevilla Fútbol Club.

Como decíamos anteriormente, esto era algo insólito, pues se usó la fórmula inglesa de anteponer un sustantivo con función de adjetivo, premodificando a otro sustantivo, pero usando vocablos españoles, y sin que mediase preposición entre ellos. En realidad, lo que en principio podría entenderse como una aberración léxica, se convirtió en un préstamo que terminó por formar parte de la propia lexicografía, estableciéndose y aceptándose como tal.

El Sevilla FC ha recuperado acertadamente en los últimos años, las que fueron sus señas de identidad históricas. Volvió a usar las medias negras, (con las blancas nunca ganó nada) reivindicó el antiguo escudo circular, que definitivamente aparece en los estatutos de forma oficial; promulgó una mejor definición vexológica de la bandera y del escudo actual, conforme a la heráldica. Estableció su verdadera fecha fundacional en 1890; recuperó vestimentas históricas genuinamente sevillistas, como la camiseta a rayas blancas y rojas; confirmó la oficialidad de sus himnos, y buena parte de todo esto fue a instancias de su departamento de Historia, en el cumplimiento de su función en el ámbito de una institución deportiva moderna del siglo XXI. Tan solo queda por comprobar si existe una asignatura pendiente, y esto es la recuperación del verdadero nombre del Club, arrebatado por la fuerza durante la dictadura franquista, o bien dejarlo tal cual.

Pero el cambio no sería nada fácil, las razones son comprensibles teniendo en cuenta una dificultad añadida, y esta es la especial reticencia intrínseca del sevillano, a diferencia de otras sociedades, a cambiar sus costumbres y tradiciones, en este caso, hasta donde alcanza la memoria histórica a corto plazo, es decir, la que vivimos. Aunque esto podría ser un error mayúsculo, porque la memoria histórica no comienza allá donde nuestra propia mente alcanza recordar, entendiendo incluso la que recuerdan nuestros padres, sino que se remonta mucho más allá, en este caso a finales del siglo XIX. La verdadera tradición histórica desembocaría realmente en el uso del nombre con el que nació, y que fue arrebatada a los sevillistas que lo llevaban a orgullo en la época en el que sufrieron el mazazo. Es una cuestión de comprensión antropológica.

Algunos esgrimen razones del uso del español en nuestro nombre, y en realidad, aplicándolas, no deberíamos llamarlo Sevilla Fútbol Club, sino Sociedad de Balompié de Sevilla en ese caso, si bien, Balompié, es una voz francófona, lo correcto sería Bolapié o Pelotapié. Aunque igualmente en puridad podría llamarse Sociedad de Esferomaquia de Sevilla, palabra diseñada ad hoc por Azorín con poco éxito allá a principios del siglo XX como alternativa a «football», y por supuesto sin usar la fórmula anglófona de anteponer el sustantivo premodificando a otro sustantivo, tal y como hacemos hoy día.

Otros apuntan a cierta reticencia al idioma inglés, máxime en estos días de Gibraltar y Brexit, y quizá renuncien a palabras como ticket, tablet, chat, vídeo, footing, y otras tantas, pero fueron los británicos, (escoceses concretamente) los que dieron a luz al equipo sevillista, y lo que es más interesante, fueron precisamente los sevillistas, como casi siempre en muchas de las innovaciones del fútbol patrio, el motivo propicio para el debate de una alternativa españolizada a «football» a nivel nacional, ya que el naciente equipo bético en la primera década del pasado siglo, se dirigió a Mariano de Cavia, eminente componente de la Real Academia de la Lengua, para que la rivalidad frente el Sevilla Football Club ocupase todos los niveles, incluso el lingüístico.

«...un grupo de jóvenes amables que se disponen a organizar una nueva sociedad de foot-ball, desean darle un nombre español, y no acertando con él, me hacen la merced de apelar a mis cortas luces, porque ellos tienen por intraducible el vocablo inglés como se denomina a este deporte...» (1 de agosto de 1908 – El Imparcial)

No era tan solo una cuestión de nomenclatura, era incluso una cuestión de estatus social, formas diferentes de entender la sociedad y el deporte. El «Football» frente al «Balompié» entrañan una rivalidad desde sus inicios. Una ideología cosmopolita, universal y regeneracionista, frente a la actitud patriótica y el localismo nacional, cuasi a defensa militar numantina.

También hay quien opina, como razón en contra a considerar, que el mestizaje y la simbiosis de culturas es nuestra seña de identidad igualmente, en la que la Historia no es una foto fija, sino una constante evolución. Una razón a tener en cuenta a la hora de decidir quedarnos con el nombre tal cual.

Pero para los que esgrimen las razones a favor, necesitan explicar muy bien la conveniencia y las bondades de la reivindicación de la recuperación del nombre original. Clubes como, por ejemplo, la Juve, comprenden perfectamente esto, pues todos sabemos que su nombre es Juventus Football Club, por no hablar del Genoa Cricket and Football Club, sin perder un ápice de su «italianidad». Igualmente vemos otros clubes extranjeros como el Portugués Sport Lisboa e Benfica.

A los nombrados Racing, Athletic, Sporting, etc. sumaría el Sevilla ser el único club de España con el apellido «Football», lo que aportaría una seña de identidad única e internacional añadida, y la imagen de un club que cuida y rinde homenaje a su Historia, imponiendo el peso de la misma ante los rivales. No solo es el nombre, es lo que conlleva, es decir, lo cosmopolita y lo universal, unido al nombre de la ciudad, tal y como idearon nuestros ancestros, en una etapa de actuaciones internacionales blanquirrojas en Europa y en el mundo. Es una singularidad.

Igualmente supondría la corrección de la aplicación de una fórmula inglesa aplicada a vocablos españoles, cuya pronunciación es idéntica [ˈfuðβol’].

Denominarse Sevilla Football Club, complementa y confirma, al igual que el Genoa en Italia, que el club sevillista es una de las dos sociedades más antiguas del panorama futbolístico español. No deja de ser curioso cómo con la recuperación de la esencia de la que hablamos, adquiriendo todo aquello perdido en otros momentos, el club sevillista rezuma tintes de equipo grande, imponiendo, entre otras cosas más evidentes, el peso de su historia, como se ha demostrado en los últimos años.

Hay razones a favor y en contra, todas muy válidas, para afrontar lo que algunos entienden como la única asignatura pendiente histórica que el club blanquirrojo debe pensar si aprobar o rechazar, y con la que terminar por rendir homenaje a nuestros ancestros ¿Ha llegado quizás el momento de este debate entre el sevillismo?

 

viernes, 15 de septiembre de 2023

EL PODER DE UNA IMAGEN


Por Antonio Ramírez

Eduardo Punset escribió; “Las imágenes son un elemento fundamental en los procesos cognitivos que pretenden una permanencia a largo plazo en la memoria. Dicho de otro modo: es más fácil que acabemos recordando lo visto de forma concreta que con cualquier otra percepción más abstracta.”

Como un diorama enmarcado por palos, se nos presenta la escena tamizada por las mallas que cuadriculan la ciudad, una ciudad que ya estaba enredada a la pasión por el goal.

Un día cualquiera de 1918. Primerísimas horas de la tarde. Campo de las Tablas Rojas, o del Mercantil, o del Prado de San Sebastián, o simplemente; campo de sport del Sevilla Football Club.

El goal-keeper, abierto el compás y tensas las piernas, inclina ligeramente el tronco hacia delante manteniendo el abdomen en tensión. Todo el cuerpo se repliega hacia sus adentros como un muelle que se contrae a la espera del disparo que suelte el resorte y le lance al aire sevillano buscando la esfera. La tensa espera.

Disculpen que no le reconozca de espaldas y no pueda decirles su nombre. Puede ser el gran Paco Díaz –inventor de la zamorana- que por aquel año terminaba su andadura en el Eterno Campeón de Andalucía. También puede tratarse de Avilés que llegó ese mismo año, o incluso de Santizo, que actuó de puente entre los anteriores.

Un proyecto de ataque se cierne sobre el marco sevillista. Más delanteros que defensas, de estos sólo dos y un tercero que se incorpora, expectante, al trote. Fútbol de ataque, vistoso, atrayente, captando la atención de las masas en pugna con el arte de Cúchares. Esferomaquia contra tauromaquia. La pelota frente al toro.

La arboleda de los jardines de Murillo como telón de fondo. Pronto, desde allí, se asomaría curioso un león sobre dos altas columnas. Bajo una de sus patas controlaba una pelota de piedra. Pretendería emular a sus héroes futbolísticos; Brand, Ismael, Armet, Spencer, Esbobar…Pero cuando el fiero felino se subió a su pétrea atalaya, ellos ya no estaban. Se habían marchado buscando nuevas terrenos donde desplegar la gracia y el salero de una escuela que revolucionaba sin pudor aquello que antes sólo eran patadas.

Pero la que no se privó del deleite supremo de contemplarlos fue la Alta Torre, la Giralda, la Guardiana de los sueños de nuestra ciudad, esa, esa que presume orgullosa de ver al Sevilla…

miércoles, 13 de septiembre de 2023

UN HIJO SESENTÓN VIVIENDO EN CASA

 

Presentación de D. Manuel Zafra y D. Antonio Sánchez, presidentes del Sevilla Club de Fútbol y Sevilla Atlético Club respectivamente, a los jugadores de este último equipo.

Por Pedro J. Sendra

En el marco de este nuevo proyecto en el que tengo el honor de haber sido invitado a participar, me voy a estrenar con una breve entrega dedicada a ese vástago fiel que tantas alegrías ha aportado también a la casa y causa sevillista.

Se trata obviamente de nuestro segundo equipo, el Sevilla Atlético Club.

Un conjunto engendrado desde el entorno de la cantera para situarlo como cabeza visible de la misma y que cumple 64 temporadas a la sombra de su protector pero que descubriremos que no siempre fue exactamente así.

Ya nació dotado de una singularidad propia al asignársele equipación, escudo y nombre diferente, asunto este pionero respecto a otros clubs de la época.

Su devenir en la década de los años 60 fue fulgurante consiguiendo dos campeonatos de Tercera División, debutando por primera vez en la categoría de plata del fútbol español y copando los primeros puestos de sus respectivas competiciones.

Al inicio de la temporada 1966-67 la situación del Sevilla Fútbol Club es la de un club con poca capacidad de maniobra por sus compromisos económicos reflejados en un pasivo que ascendía a 134 millones de pesetas, con unas pérdidas del ejercicio anterior de 10.100.000 ptas., una organización manifiestamente mejorable y para colmo unos terrenos edificables de su propiedad con un alto valor colindantes al estadio habían sido considerados por el Plan de Ordenación Urbana del sector como zona de aparcamientos.

El recientemente elegido presidente D. Manuel Zafra toma una serie de decisiones tendentes a solucionar la situación económica con aportaciones de los socios, como siempre ha ocurrido en este club, y un programa de reducción de gastos que también afectaría al filial que, para la presente temporada, bajo la presidencia por segunda vez de D. Antonio Sánchez Ramos vestiría como tradicionalmente lo ha hecho el primer equipo sevillista con camisetas y pantalones blancos.

Nueva temporada, nuevo equipo, nuevo uniforme, nueva victoria. Así ocurrió en el “Marqués de Varela” de San Fernando con victoria por dos a cuatro ante el equipo local el día 11-9-1966.

La siguiente temporada, 1967-68, el Sevilla Atlético como subcampeón de su liga opta a disputar la promoción de ascenso a Segunda División pero tiene que renunciar tras el descenso por primera vez en su historia del Sevilla Fútbol Club a esta categoría.

El fútbol emergente del filial enamora y contagia a sus aficionados que contrasta con el mal momento que atraviesan sus mayores. Comenzaron a soplar vientos en las alturas que rolaban hacia soluciones drásticas que afectaban al Sevilla Atlético … pero ahí estuvo su presidente el sempiterno “tío del puro” para reconducir las perturbaciones atmosféricas.

En los años noventa, tras unas actuaciones de remozamiento en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios se comienzan a programar en este escenario los partidos del filial y del primer equipo juvenil obteniendo el Sevilla Atlético Club en su primer partido oficial de esta temporada 1991-92 la victoria ante el Atlético Palma del Río por tres tantos a cero el 1-9-1991.

Otro cambio importante en esta temporada, ahora por decisión federativa, sería la sustitución de nombre obligado para todos los filiales, que consistía en añadir a la nombradía del primer equipo la letra B por lo que pasó a denominarse Sevilla FC “B”.

En mi opinión creo que la causa última de esta reglamentación trataba de evitar lo establecido en la normativa del RD 1084/1991 de 5 de julio sobre Sociedades Anónimas Deportivas que, entre otras cosas, obligaba a presentar cuentas anuales por separado a los filiales con denominación distinta al club matriz.

Una vez comentados de forma somera los cambios formales y externos experimentados por el Sevilla Atlético Club a lo largo de su existencia concluimos con la vuelta al sentido común que reclamaba la preservación de la historia de nuestro filial, y ello supuso el rescate de su vestimenta habitual de camiseta blanca con franja roja, pantalón negro y medias negras con vuelta roja como primera equipación, así como su escudo que, por cierto, según testimonio oral a mi persona hace pocos años por un secretario técnico del club ya fallecido “Al principio el escudo sólo tenía la banda, no estaba la giralda”.

Todo ello ocurrió en el partido de ida correspondiente a la eliminatoria para el ascenso a Segunda División frente a la Unión Deportiva Salamanca en el Ramón Sánchez-Pizjuán el 13 de junio de 2006.

Para la temporada 2006-07, junto a lo ya expuesto, se recuperó igualmente la denominación original del equipo “Sevilla Atlético Club” tal como había quedado aprobado por unanimidad en la Junta General de Accionistas del Sevilla Fútbol Club del 16 de diciembre de 2005 presidida por José María del Nido Benavente.

 

lunes, 11 de septiembre de 2023

LO URGENTE Y LO IMPORTANTE


Por Juan Luis Franco, @CornelioSfc

¿Se han parado alguna vez a comprobar que es lo importante o se han dejado llevar por lo urgente a la hora de realizar una tarea?

Sin duda lo habrán hecho, y eso hemos hecho también nosotros.

Despachado lo urgente vamos con lo importante.

Aquí os vamos a ir contando qué es para nosotros, para este grupo de investigadores sevillistas, lo importante.

Importante para nosotros es disfrutar con lo que hacemos, hay quien nos pregunta si no le dedicamos mucho tiempo, en principio, cada uno según sus posibilidades, pero siempre es un tiempo de disfrutar.

¿No te aburres? Pues lo mismo que tú haciendo un sudoku, un paño de punto de cruz o pintando una acuarela. Es nuestra forma de pasar el tiempo.

Lo urgente ha sido sacar a la luz grandes tesoros escondidos de la Historia del sevillismo, urgente ha sido limpiar nuestra historia, urgente ha sido llegar a fuentes primarias para recomponer muchas fechas que pasaban de un libro a otro sin que nadie se parase a comprobar su certeza.

La historia es esta porque así ha sido siempre, pues no.

Y una vez hecha la tarea urgente vamos a pasar a lo importante.

Importante es compartir con todos ustedes cómo se ha llegado a cada descubrimiento, cada aventura. Importante es no solo la meta, sino el camino, ahí tenemos el del Rocío (hasta con su vuelta) o el de Santiago… caminante no hay camino…

Más de una vez nos habéis preguntado como apareció tal o cual cosa, aquí os lo vamos a contar, pretendemos que estas entradas sean una especie de «así se hizo».

Más de quince años desde que este grupo de investigadores comenzara a andar, sin ninguna pretensión al principio más allá de ubicar un restaurante, hasta llegar a sentir la responsabilidad de que estábamos haciendo algo importante para la Historia del club.

Más de quince años de recoger un recorte de prensa y no anotar ni fecha ni periódico, a etiquetarlo con nombre, fecha, lugar de publicación, página y columna, pero no quiero adelantarme, eso lo contaremos otro día.

Otra vez trazamos unas líneas proyectando las áreas y la de fondo, que ríete tú del VAR y su sala VOR, como punto de partida al estudio de la ubicación de uno de nuestros terrenos de juego, eso lo contaremos otro día.

También os contaremos historias de banqueros o de barcos, cuando empezamos nos era aplicable lo de «yo no entiendo de barcos», pero al final acabamos aprendiendo.

Hablando de banqueros y de barcos… ¡los medios de transporte! ¡qué importante en la historia del club! Sus orígenes, sus aventuras, sus desgracias, su río… ya estoy desvariando liando un asunto con otro. Si eso, la frase que están esperando, eso lo contaremos otro día, «po» no, eso lo contaremos otro día, y otro, y otro, no vamos a contar cuatro historias el mismo día, porque si no, en marzo se nos van a acabar las ideas para escribir. Cada entrada una cosita, que no se trata de aburrir.

Por cierto, si tenéis interés de conocer el «así se hizo» de algún hecho o circunstancia concreto, no dudéis en realizar vuestra propuesta por correo electrónico a escritosenbyr@gmail.com o a nuestra cuenta de X (antes Twitter) @EscritosEnByR.

Seguro que atenderemos vuestra sugerencia, pero, eso lo contaremos otro día.


viernes, 8 de septiembre de 2023

¡¡¡3, 2, 1… BIENVENIDOS!!!

 


Por Carlos Romero

Comienza la temporada 2023/2024 para las cuestiones históricas y me encomiendan los amigos que participan en “Escritos en Blanco y Rojo”, grupo del que formo parte, tener el honor de inaugurar esta herramienta con el presente artículo, cuyo objetivo es difundir la historia del equipo nervionense… y algo más, la opinión debe estar presente en cualquier medio que se precie.

No es algo baladí, la difusión de la historia es algo permanente, no hay tregua, la historia del Sevilla FC es tan inmensa, tan llena de gloria y se pierde tan en la profundidad de los tiempos, que necesita ser difundida sin descanso.

Los que formamos parte de esta aventura nos sentimos orgullosos de ver cómo una buena parte del sevillismo ha ido adquiriendo estos conocimientos a lo largo de los años. No ha sido tarea fácil para los historiadores blanquirrojos, ante una afición acostumbrada antaño a que otros le contasen su historia y donde, ‘qué casualidad, Miguel’, siempre salía perdiendo. Esto es un caso único en el mundo, se dice que la historia la cuentan los vencedores, en este caso la contaron los perdedores, aunque esta afirmación tiene varias vertientes que serían susceptibles de analizar.

Ha sido, por tanto, una tarea titánica y de muchos años para revertir esa situación de obreros y clasismo, de tranvías que no llegaban a su destino, de pobres agricultores a los que forzaban a comprar obligaciones hipotecarias para financiar el estadio del rival, de cañonazos del diablo sevillista a sedes rivales y un sinfín de bulos inasumibles de taberna.

Os confieso, ahora que no nos lee nadie, que, tiempos ha, yo mismo me creí todas estas patrañas, pero no me identificaba con ellas, ni a mi padre, ni a mi abuelo, madre, abuela, ni a mi familia, sevillistas todos, lo que me animó a investigar la historia de aquel que nunca fue superado en nada en el sur de España. La finalidad de los propagandistas es desanimar, hacer creer que la pertenencia a tu club no tiene dignidad alguna, ni mérito que merezca la pena y aún así siempre nos sentimos orgullosos, como diría aquel, para querernos ya estamos nosotros.

Y ahí radica la importancia de conocer nuestra historia, la del club, sus directivos, la de sus jugadores, la de la afición dotada de más grandeza en España, porque cualquier parecido con la realidad fue y es pura coincidencia. La historia en blanco y rojo está repleta -a rebosar- de episodios gloriosos, de generosidad, de empatía, también de penurias y fatigas que no reducen un ápice su grandeza, de buena lid y de un espíritu ganador gracias a su idiosincrasia y su exigencia. Las personas pasan por él, pero el club permanece, da igual en qué forma jurídica, sus guardianes cuidaron de él desde el día en que inhaló la primera bocanada del sevillanísimo aire allá a finales del siglo XIX.

Nos centraremos en la historia del eterno campeón de Andalucía, será casi nuestro único objetivo, la historia sevillista es limpia y diáfana, como rezaba don Ramón Sánchez-Pizjuán, frase recuperada, como tantas otras, por ese grupo de incansables investigadores que tendremos el gusto de leer en estas páginas digitales, (no existe otro grupo de investigadores más potente que este en el fútbol español). Grandes descubrimientos y a los que invito a que nos cuenten cómo lo hicieron, el Making off y los entresijos que son dignos de ser contados por su dificultad, por la meticulosidad extrema con la que se consiguió, por los momentos divertidos, cómo no, como en una especie de tomas falsas. Merece la pena.

Así que bienvenidos, os esperamos en estos escritos con vuestro respaldo y aliento que siempre sentimos, con vuestro apoyo permanente que agradecemos en el alma, con el que intentaremos estar a la altura con este nuevo proyecto que creemos es una nueva ventana abierta a la historia y como dije… a algo más y no será la única herramienta que pondremos en marcha, anunciaremos más actividades de las que os informaremos.

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3, 2, 1… despegamos.

Gracias.