lunes, 3 de junio de 2024

LOS HERMANOS ANDALUCES

Por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Lo confieso, la solidaridad entre los equipos vascos me da cierta envidia. Cuando se trata de ayudarse, a nivel político o futbolero, mientras no se jueguen nada -algo que es normal- se van a ayudar si uno de ellos está en apuros. Es cierto también que, en el fútbol, se roza lo ilegal si no lo es planamente, puede ser recriminable, es difícil de demostrar, pero todos sabemos lo que hay.

La expresión que da título al presente podría ser pura ironía, los andaluces de hermanos tenemos poco y si lo somos es en relación cainita, detestan a Sevilla como ciudad y a sus habitantes sistemáticamente. Las causas son variadas, una de las más importantes -posiblemente- sea que a los políticos les interesa mantener esa tensión con la capital andaluza (sí, la capital de Andalucía por si algunos lo cuestionan) para alimentar a sus votantes enfermos de tirria en otras ciudades, como por ejemplo en Málaga. 

Desfavorecer a Sevilla en detrimento de otras capitales de provincia en Andalucía es sinónimo de votos. Jactarse de hacerlo y demostrarlo, además, no les supone ninguna vergüenza, ni tan siquiera Sevilla se quejará de ello, no digamos ya los políticos sevillanos acomodados a las disciplinas de sus partidos, “el que se mueva no sale en la foto”, decía Alfonso Guerra. A uno le dan ganas de afiliarse al “miarmismo” del que tanto reniega, no porque me guste, sino porque les fastidia y mi afán andalucista se diluye para pensar en una tendencia sevillanista que nos defienda de tanto ataque gratuito.

Vergonzoso lo que hacen con nosotros.

No es que me apetezca escribir de política, como siempre habrá muchas personas que no estén de acuerdo conmigo, pero en eso consiste la diversidad y la pluralidad política, tan sólo es fundamentar mis razones y causas por las que hago este escrito, que va sobre el Sevilla FC como no puede ser de otra manera.

Y si eso ocurre con la capital, o la ciudad andaluza más importante por población, por motor económico, o por belleza de su ciudad, nos podemos imaginar qué ocurre con su equipo grande, que lo es, además, de Andalucía como no podría ser de otra manera. El mantra consiste en decir que a los sevillistas los odian en todo el mundo y en muchas ocasiones lo dicen aquellos que, al mismo tiempo, son odiados por el simple hecho de ser sevillanos, he ahí la paradoja, pero que el sevillista goce, (sí, he dicho goce) del honor de ser detestado, (una expresión atribuible al yonkigitanismo más exacerbado) describe la enérgica idiosincrasia que como sevillistas nos define y se hace frente a la ignominia, un estatus singular y muy difícil de imitar.

Las cifras de los enfrentamientos entre los equipos de los “hermanos andaluces” y el Sevilla FC son espectaculares a favor del club sevillista. El equipo que sigue al Sevilla FC, está a años luz con una cifra de derrotas en partidos oficiales de cerca del 70%. Imaginen a qué distancia estará el resto, no hablemos de palmarés y otras cosas. 

La anterior podría ser una de las causas de esa tirria, un club que arrasa a todos los de su entorno, pero la singularidad sevillana consiste en que en esta ciudad sólo se puede ser del Sevilla FC o del Real Betis Balompié y sus habitantes lo son en un porcentaje gigantesco, una realidad muy difícil de asumir en el resto de provincias andaluzas, ya que el apoyo a sus equipos brilla por su ausencia, siendo estos aficionados al fútbol seguidores del Real Madrid en su mayoría, del FC Barcelona en buena cantidad también, e incluso el Atlético de Madrid está presente en algunos casos por encima de sus equipos, siendo Granada quien se lleva la palma, ocupando el Granada CF el tercer lugar en preferencia de sus habitantes. Ergo, si son del Real Madrid, no será de extrañar que nos tengan antipatía también y la tirria es doble, por sevillanos y por sevillistas. 

En Sevilla no se puede tener dos equipos, sólo uno que sea de tu tierra, es impensable e inimaginable que aquí podamos ser del Real Madrid y conste que desde Madrid lo intentan y se lo marcan como objetivo. El resto de clubes andaluces son conscientes y en ocasiones hacen campaña contra el transfuguismo futbolero.

Mil millones de diferencias, cualquier parecido entre Sevilla y el resto es pura coincidencia, las causas por las que nos detestan podrían estar justificadas, pero son tres los equipos andaluces que han descendido a Segunda División, es algo a analizar, insisto, los tres andaluces.


miércoles, 29 de mayo de 2024

90 AÑOS DEL ASCENSO A PRIMERA DIVISIÓN

Por Javier

Tras varios años intentando el asalto a la máxima categoría del fútbol español, el Sevilla FC conseguiría finalmente, el 18 de febrero de 1934, el ansiado ascenso a Primera División, bajo la presidencia de un joven Ramón Sánchez-Pizjuán. Ese día se disputaba en el campo de fútbol de Vallecas el encuentro entre el por aquel entonces Athletic de Madrid y el Sevilla FC. 

LA PREVIA 

Desde varios días antes, el partido se vivió como una auténtica final, puesto que, no en vano, ambas entidades se jugaban no sólo el ascenso, sino también el título de campeón de Segunda División. En Madrid se rogaba a los socios del Athletic que, con el fin de evitar aglomeraciones de última hora, fueran retirando las invitaciones que daban derecho a asistir al encuentro. Igualmente, se advertía al público en general sobre la más que posible existencia de entradas falsas, por lo que se solicitaba que estas solamente fueran adquiridas en las taquillas oficiales del club, que fueron ampliadas para la ocasión con un quiosco en el puente de Vallecas. Mientras tanto, en Sevilla se preparaba la expedición de aficionados que acompañarían al club. Para la ocasión, se fletó un tren especial, pero fue tal la demanda del sevillismo, que unos días antes del encuentro ya se anunciaba que las plazas se habían cubierto rápidamente. Por ello, la compañía de ferrocarriles decidió agregar vagones extra a los expresos con destino a Madrid. De esta forma, se desplazaron unos mil seguidores, mientras que otros mil lo harían por medios particulares. El día anterior al partido, a las ocho de la mañana, salió rumbo a Madrid el autocar donde viajaban los miembros del equipo, con el once titular que disputaría el encuentro más el reserva López. Unas horas más tarde, a las once de la noche, partió de Sevilla el tren especial repleto de aficionados. 

EL ENCUENTRO 

Aquella tarde de domingo en el campo de Vallecas, el equipo madrileño salió en “avalancha”, debiendo intervenir Eizaguirre en un par de ocasiones para mostrar “la maravilla de su estilo impecable”. Sin embargo, a los veinte minutos, el Sevilla FC comenzó a imponer su dominio en el terreno de juego, gracias a su labor de conjunto. La línea de medios sevillista mandaba en todo momento, mientras la vanguardia blanca sitiaba la puerta del guardameta Pacheco. De esta forma, transcurrió el resto de una primera parte, donde los “backs” y medios del Athletic de Madrid se veían superados por el conjunto blanco. 

A pesar de la superioridad de “los merengues sevillanos”, al descanso se llegó con el resultado inicial de empate a cero, gracias a la magnífica actuación del portero del Athletic de Madrid. Tras la reanudación, el dominio del Sevilla FC se hace aún más patente, disponiendo de alguna que otra ocasión para adelantarse. Finalmente, a los cuatro minutos, en un “remate maestro”, Campanal inaugura el marcador con un “tanto maravilloso”. La jugada fue iniciada por Torrontegui, quien paso el esférico a Tejada, que centró a media altura para el remate de cabeza del jugador sevillista. 

El “match” continúa y Marín, el extremo derecha del Athletic, es expulsado por el colegiado Vilalta por revolverse y agredir a Caro tras una entrada. A dicha expulsión se une la retirada de Arocha, lesionado tras un encontronazo con Deva, mientras que Feliciano, también jugador del Athletic, juega cojeando tras recaer de una lesión a los pocos minutos de comenzar el partido. 

Tras la expulsión de Marín, el partido discurre entre las protestas del público. Se comienzan a lanzar almohadillas, piedras, “botellas de gaseosa” y “otros proyectiles” al campo, debiendo ser interrumpido el encuentro en varias ocasiones. A pesar de ello, el once blanco no se amilanó, y como posteriormente diría el cronista del diario El Sol, “es difícil ganar un encuentro cuando 

enfrente se tiene a un excelente equipo, logrado y homogéneo, de hombres hechos y derechos, que no se asustan con facilidad”. 

En el último minuto, el Sevilla FC conseguiría anotar el segundo y definitivo “goal” por medio de Tejada. El equipo dirigido por Ramón “Moncho” Encinas había logrado el ansiado ascenso a Primera División. Aquella tarde se alinearon Eizaguirre; Euskalduna y Deva; Alcázar, Segura y Fede; Tejada, Torrontegui, Campanal, Tache y Caro. Las crónicas posteriores hablarían de la exhibición de un Sevilla FC que se había impuesto en todas las líneas al Athletic de Madrid, y que “evocó a ratos aquella escuela pura de filigrana, de la que Kinké fue constructor maravilloso”. 

Finalizado el encuentro, el autocar donde viajaba el equipo de regreso a Sevilla debió ser escoltado por los guardias de asalto, mientras era apedreado a la salida del campo de Vallecas. 

LA TRAGEDIA 

A pesar de la enorme felicidad con la que el sevillismo vivió la consecución del ascenso, tan sólo unas horas después de concluir el encuentro, aquel logro se vería empañado por un accidente ferroviario. Esa noche, el tren especial que trasladaba a los aficionados de vuelta a Sevilla chocó con el expreso ascendente en dirección Madrid, a la altura de Villanueva de la Reina. Fallecieron once personas y hubo una gran cantidad de heridos, muchos de ellos graves. Tan sólo la actuación del guardafreno del tren donde viajaban los seguidores del Sevilla FC, el Sr. Vadillo, quien accionó el freno de emergencia haciendo sonar la alarma y previniendo a los pasajeros, evitó una tragedia aún mayor. En los primeros momentos, la guardia civil y los vecinos de Villanueva de la Reina socorrieron a los heridos, hasta la aparición de miembros de la Cruz Roja de Linares, Andújar y Jaén. A la llegada del equipo a Sevilla, tras conocerse la noticia, el presidente D. Ramón Sánchez Pizjuán ordenaría la suspensión del recibimiento que se había previsto dar a los miembros del club. 

EL TÍTULO DE CAMPEÓN 

Una semana más tarde, el domingo día 25, tras guardar un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la catástrofe ferroviaria, el Sevilla FC vencía tres a uno frente al Real Unión de Irún, asegurándose el título liguero en la categoría de plata 

lunes, 6 de mayo de 2024

EL CABALLERO BERNARDO SALAZAR


Por Juan Luis Franco - 'Cornelio'  @CornelioSfc

A lo largo del tiempo que llevamos en esto de la investigación nos hemos encontrado con personas de todo tipo, como en cualquier otro sitio. 

Diremos que la balanza está volcada hacia el lado positivo, pero me permitirán que señale a una de estas personas, a don Bernardo Salazar. 

Muchos han dicho de él que ha sido el mejor historiador del fútbol español, no seré yo quien les lleve la contraria. 

Tuvimos la suerte de conocerlo personalmente y charlar sobre la Copa del 39. Salazar daba por hecho que no se trataba de un Campeonato de España, sino de otra cosa y que la grabación la realizó el propio Sevilla F. C., con o sin consultar con la Federación. Planteando, en alguno de los textos, que el Sevilla se autoproclamó Campeón de España. 

Por entonces andábamos documentando la legitimidad de aquel campeonato y pusimos a disposición del Sr. Salazar la documentación de la que disponíamos, charlamos por teléfono y cruzamos correos. 

Al acceder a la nueva documentación aceptó nuestra invitación para participar —el 9 de febrero del 2012— en el programa de Sevilla Fútbol Club Radio Historia Viva. Allí pudimos escucharle manifestarse en intervención telefónica en directo: 

Efectivamente, el campeonato que ganó el Sevilla, la Copa del Generalísimo que ganó el Sevilla, está reconocido oficialmente como Campeonato de España de Fútbol. 

(...) 

La Copa del año 39 fue Campeonato de España de Fútbol. 

Incluso nos aportó la reseña del libro publicado en diciembre de 1942 con el título 40 años de Campeonato de España de Futbol, cuyo autor fue Fielpeña (Juan Peñafiel Alcázar), citándonos hasta la página que le había servido como fuente para formalizar este entuerto. 


La grandeza de un investigador se aprecia en detalles como este. Mientras otros se enrocan en sus argumentos, superados por nuevos documentos a los cuales no tuvieron alcance, el Sr. Salazar, con la humildad y generosidad suficiente, dio una auténtica lección de cómo hay que actuar ante nuevas pruebas.  

Mi agradecimiento por esta lección que no olvidaré, por su generosidad y las agradables conversaciones que me marcaron el camino y espero que me sirvan de guía. Gracias don Bernardo. 



 

jueves, 25 de abril de 2024

VERDOLAGAS Y PALANGANAS



Por Juan Castro Prieto.

La denominación del rival, de forma jocosa, ha sido desde siempre una práctica generalizada de las aficiones rivales. “Culés”, “Colchoneros”, “Pericos”, “Palanganas” etc., son las más conocidas. Curiosamente, desde hace ya algún tiempo y amparándose en las redes sociales algún aficionado a la historia o periodista con gatillo rápido presentan teorías sobre la procedencia “de los apodos” o “motes” de los clubs más importantes, basando estas teorías fake news o mentiras. 

Estas teorías a veces son pintorescas, pero otras tienen una carga importante de afirmación peyorativa o despectiva del contrario. Así ocurre en la Sevilla “rancia” a la que históricamente se le ha otorgado un papel fundamental en la distribución de “bulos” y “leyendas urbanas”. 

A comienzo del siglo XX la rivalidad del Sevilla Football Club y Sevilla Balompié tenían un par de epítetos peyorativos, claramente reconocibles, Merengues y Pepinos, para definir a los seguidores de los dos clubes. Como es lógico, los Merengues al igual que otras ciudades, por definición vestían de blanco. Por tanto los merengues serían los sevillistas y los pepinos los balompédicos, así quedo recogido por la prensa de la época alrededor del 1915 cuando el cronista del Liberal en referencia a la clasificación de la copa Santo Mauro en Cádiz recogía en prensa que el convite celebrado en la noche del 7 de febrero en el Pasaje del Duque por los jugadores del Sevilla F.C. “el menú fue excelente la animación grandísima y durante el banquete, se hicieron comentarios sobre el partido y chistes muy oportunos y de vez en cuando un “pepinillo” volaba sobre la mesa”. 

A comienzo de los años sesenta del pasado siglo, coincidiendo con la aplicación de las primeras medidas liberalizadoras en la economía (plan de Estabilización) comienza un momento de modernización en España, tanto en la economía como en las relaciones sociales, en definitiva, el país empezaba a abrirse a nuevas modas e ideas. En la temporada 59/60 la dirección del Sevilla FC decidió cambiar, de forma tímida la indumentaria de primer equipo, se suprimieron las medias negras o negras con vuelta en blanco, por otras más alegres, medias blancas con vuelta en rojo. En coincidencia, en aquellos años se popularizo unos tipos de palanganas generalmente de chapa, bañadas en color blanco con los bordes en rojo. 

Los aficionados béticos encontraron en este objeto la denominación adecuada para llamar a sus rivales,” palanganas”, En similitud con los colores blancos y rojo del Sevilla F.C. popularizándose rápidamente el término, para definir a los sevillistas quedándose el club capitalino, el Real Madrid solo, con la denominación de merengues. No callo muy mal la nueva definición que los rivales daban a los sevillistas al fin y al cabo era un símbolo de limpieza y modernidad (aun hoy, grupos y páginas web escriben con orgullo Palangana Mecánica, Salmón Palangana, Sureños Palanganas etc.). Los palanganas contrarrestaron con otra denominación, quizás menos limpia y empezaron a llamar a los béticos Verdolagas en lugar de pepinos. 

La verdolaga es una planta silvestre, que en nuestra tierra está considerada como una “mala hierba”. Fue en estos años cuando ambas denominaciones se popularizaron. Sorprende que en algunos posts o foros se haya querido referir las palanganas con el nacimiento del Betis F.C. cuando en realidad es conocido desde s año 2004 cuando se publicó “Primeros pasos del foot-ball sevillano”, donde claramente se demostraba que la simpática sociedad sevillana era una escisión del Balompié, sin que el Sevilla FC tuviera nada que ver en el nacimiento de los béticos. 

Otras cosas son las leyendas urbanas.


miércoles, 24 de abril de 2024

DE CUANDO EL FUTBOL ESPAÑOL PUDO HABER DADO UN GIRO EN SU JUEGO GRACIAS AL SEVILLA

El jugador sevillista Juan Arza

Por José Melero - @JMelero1

En 1921 se produjo el “Desastre de Annual”, una grave derrota militar española en la guerra del Rif y una importante victoria para los rebeldes rifeños comandados por Abd el-Krim, donde murieron once mil quinientos miembros del ejército español. En ese mismo año se forma el Partido Comunista de España a raíz de una escisión del Partido Socialista Obrero Español, es asesinado el Presidente del Consejo de Ministros Eduardo Dato, cuando regresaba en su automóvil a su domicilio y fue tiroteado por varios pistoleros, se estrena la película “La verbena de la paloma” y en Madrid el Sevilla Football Club golea al Athletic Club de Bilbao en las semifinales de la Copa del Rey por cuatro goles a dos, mostrando un estilo de juego que asombró por lo afiligranado del mismo y que con el tiempo crearía escuela.

El extraño bote del balón que se daba en los campos secos y duros de los arrabales sevillanos les había obligado a perfeccionar la técnica para así controlar el esférico y poder pasarlo de un jugador a otro a ras del suelo. Eso, y que había que sortear con habilidad a unos rivales físicamente más potentes que ellos y que practicaban un juego que había nacido salvaje.

Tras aquella semifinal de Copa disputada en la capital de España y donde el club blanco fue eliminado por alineación indebida, el juego del Sevilla alcanzó una fama que hizo que a través de la prensa y el boca a boca, se posibilitara que desde todos los puntos de España solicitaran a la entidad sevillana el poder contratarlos para jugar partidos amistosos y saciar esa curiosidad que sentían los aficionados españoles por presenciar ese juego que llamaban de pase corto.

Jugaba el Sevilla un fútbol alegre, como la ciudad y digno de la voluntad de belleza de su gente. Jugadores como Escobar, Spencer, Brand, León o Kinké, este último llegado desde tierras catalanas, al que se podría considerar el director de orquesta y que hacía posible que un equipo como el Sevilla, que tenía música en su juego, no desafinara.

La prensa bautizó a su delantera como “La línea del miedo”, ya que era verdadero pánico lo que infringía a las defensas rivales, hasta tal punto que el propio rey de España, Alfonso XIII, se deshizo en elogios hacia el club blanco, afirmando que los futbolistas sevillanos “sustituían con habilidad y astucia la pujanza y fiereza norteña". Partido tras partido, la multitud se agolpaba para ver a aquellos hombres escurridizos como ardillas, que jugaban al ajedrez con la pelota. Unos futbolistas que preferían el pase cortito y al pie, al juego de pase largo y la pelota alta.

Pero por diferentes motivos este estilo no fue el que se implantó en el fútbol español, la permisividad arbitral con el juego violento, no solo en España si no en el futbol mundial, hacia muy difícil que la escuela sevillista saliera triunfante en los envites frente a los equipos del norte de España, que practicaban un futbol rudo y de contacto y que estaba muy influido por los terrenos de juego embarrados llamados “campos blandos”. Luego, cronistas, federativos y técnicos norteños arrimaron el ascua a su sardina e hicieron campaña para que fueran los jugadores de sus respectivas regiones los elegidos para representar a España en las Olimpiadas de Amberes de 1920, en la que una medalla de plata de la selección valió para consolidar definitivamente ese estilo que fue bautizado en tierras belgas como la “Furia española”.

Lo que vino después no tiene que ver nada con el éxito del futbol español precisamente, ya que en las siguientes Olimpiadas, las de Paris de 1924, en las que ahora si la FIFA protegió más a los futbolistas del futbol violento imperante hasta ese momento, tuvo una decepcionante participación española, saliendo vencedora la selección de Uruguay, que practicaba un futbol que deslumbró al mundo con un juego de pase corto y con relampagueantes cambios de ritmo y fintas a la carrera. Aquel magnifico futbol uruguayo que lo hizo campeonar en 1924, también le hizo ganar las Olimpiadas de 1928 y los Campeonatos del Mundo de 1930 y 1950.

Sin embargo, España, pese al fracaso olímpico siguió anclado en ese viejo futbol de fuerza y de garra, carente de toda clase de recursos técnicos y que la iba a asumir en la más absoluta mediocridad. Los jugadores norteños y más concretamente los vascos, fueron captados por la mayoría de clubes del país y raro era el equipo que no tenía uno o varios jugadores de aquella región en sus filas. Ya durante el franquismo el País Vasco se convirtió por obra y gracia del fascismo español, en la quintaesencia de la nación española y el Athletic Club de Bilbao en representante de la “furia española”, ganándose pronto las simpatías del régimen franquista, al ser el único equipo de la elite que alineaba solo a jugadores españoles.

Pese a esta hegemonía del futbol de pase largo, el gusto por el futbol afiligranado siguió instalado en nuestra ciudad y los futbolistas más técnicos seguían siendo los preferidos del sevillísmo, que veía como el Club ya no iba a perder sus señas de identidad, que le iba a acompañar durante décadas y que le iba a hacer un equipo con un indiscutible sello propio dentro del futbol español.

No se puede saber que hubiese pasado si el futbol del que era abanderado el Sevilla se hubiese impuesto al que se jugaba en el norte de España, posiblemente la selección como ocurrió con la llegada del llamado tiki-taka hubiera alcanzado antes los éxitos y no es descabellado pensar que el protagonismo que alcanzó el Athletic Club en el futbol español hubiese sido ocupado por quien ostentaba otra forma de jugar como era la del Sevilla. 


 

lunes, 22 de abril de 2024

EL SEVILLA FC Y LA PUBLICIDAD

Por Amaro García Cuevas - @amaro_gc22SFC

La publicidad y la prensa han tenido una relación inseparable desde sus comienzos. La necesidad de ofrecer productos variados e intentar llegar a gran parte de la ciudadanía se mostraba a través de vistosos anuncios que pretendían impactar, sorprender y estimular a los posibles compradores.

 


Desde los más simples y corrientes a los más elaborados.

                                        

                                                                         

Otros entraban dentro de la categoría de relatos cortos. Intrigando y sorprendiendo al lector como con este anuncio de 1915.

Hallazgo de un tesoro

      Al realizar ciertas excavaciones en una casa en construcción de las inmediaciones de nuestra ciudad, uno de los obreros descubrió ayer tarde una cajita de hierro que fue abierta ante varios testigos y resultó contener cien mil duros en billetes del Banco de España y monedas de oro y plata.

      Lo curioso del caso es que al tesoro acompañaba un documento notarial en el que se disponía que el legado íntimo pase a propiedad del afortunado que lo descubra, a condición de que tanto el como sus descendientes, hasta la vigésima generación usen a diario elixir Besoy y siempre que tengan que cumplir con alguna persona amiga les regalarán un frasco puesto que es muy difícil regalar otra cosa más útil y práctica. Cura todas las enfermedades de la boca y garganta, endurece las encías y entonces con menos comida se obtiene mejor nutrición. Se asimilan los alimentos más fácilmente no tiene el estómago necesidad de trabajar demasiado. Un frasco debe durar 2 meses y vale 2 pesetas en farmacias y droguerías.

Otros anunciantes recurrían a mensajes que alertaban de los peligros en la salud en los niños

 


Y una vez advertidos sobre los peligros, mostraban los resultados de su fantástico producto con mensajes positivos para demostrar su eficacia.

       Un niño que esté ojeroso y duerma con los ojos entreabiertos, está expuesto a un ataque a la cabeza. Con un caramelo P. Catalá, volverá a su estado normal.

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      ESTADÍSTICA CURIOSA. - El niño Pepito Puig expulsó con un caramelo P. Catalá 108 lombrices. Luis Rodríguez 206 con caramelo y medio. Pedirlos en todas las farmacias.

La imaginación de los publicistas no tardó en aprovechar el interés que suscitaba el fútbol para recurrir a su causa para promocionar sus productos.

En los siguientes casos que vamos a ver, el Sevilla FC era protagonista directo.

Por ejemplo, en 1913 empezó a publicarse la revista Sport Sevillano, considerada como el primer medio oficial del Sevilla FC., y convirtiéndose en el primer soporte publicitario para la imagen SFC.

 


 En una página en donde se comentaban los pormenores de la Copa de Sevilla se incluyó una publicidad dirigida a los socios del Sevilla F.C.

      Resultan muy elegantes las gorras reglamentarias que para los socios del S.F.C. han confeccionado en casa de D. Mariano Sartou y esperamos que en breve todos los socios las lucirán en las tardes que haya partidos.

El material deportivo, dado el auge del sport, empezaba a ser objeto de interés para promocionarlo y mostrar su uso por los futbolistas era algo lógico. Así se mencionaba en 1922.

     Según decían, ayer en el campo, el triunfo del «Sevilla» fue debido a que todos los jugadores habían comprado el calzado que casi regalado venden en la Casa Particular, calle San Miguel 6.

También los balones, lógicamente, debían ser anunciados aprovechando el interés que generó un partido del Sevilla FC contra el Britannia FC de Gibraltar en 1917.

El balón con que se ha ganado al Britannia por doce tantos a uno, fue comprado en la «Casa Excelsior», Francos, 7.

Incluso material que no tenía que ver mucho con el fútbol se publicitaba a su costa, como en este anuncio de 1926.

El Sevilla F.C. triunfó ayer, entre otras razones porque sus jugadores han adoptado para su entrenamiento las afamadas bicicletas TRIANON y LIBERATOR, que vende a SESENTA DUROS a PLAZOS de CINCO DUROS al MES la Casa Liberator. Trajano 7 - Sevilla

Pero ya se sabe que la mayoría de los futbolistas, considerados sportmen, se decantaba por alguna otra especialidad deportiva, además del fútbol.

Aprovechar un resultado de un partido para usarlo en beneficio propio no escapaba a la imaginación del publicista. Esta victoria del Sevilla FC sobre el Real Betis en 1926 es prueba de ello.

Por dos a uno ganó ayer el Sevilla al Balompié, y dos por uno – en pares de calzado – tendrá usted que gastar si no hace sus compras en La Cubana, de la calle Lineros, que es la que lo vende de mejor calidad, más baratos y más elegantes.

Pero llegó un momento en el que los publicistas empezaron a usar la fama de ciertos futbolistas para asociarlos a sus marcas.

En 1923, Pepe Brand fue preseleccionado para un enfrentamiento contra la selección de Portugal. La norma habitual era confeccionar dos equipos llamados probables y posibles y a raíz de su actuación se decidía el once final que sería seleccionado.

Pepe Brand no tuvo la suerte de ser elegido y perdió la oportunidad de debutar junto a sus compañeros Spencer y Herminio.

En El Liberal de Sevilla se hicieron eco de la noticia de este modo, introduciendo la cuñita publicitaria correspondiente.

Brand ya no es ‘’probable’’

Hemos recibido con júbilo el resultado del partido en Madrid entre «probables» y «posibles».

Al fin, como esperábamos y deseábamos, el triunfo ha sido del equipo en que forman nuestros más salientes equipiers.

Pero ha habido una nota amarga, de la que tardaremos en desquitarnos. La exclusión de Brand como definitivo.

¡Y pensar que todo hubiera tenido fácil remedio usando calzado de Tomás Bernet, Feria, 125!

En 1925 es Herminio el que se vio incluido en una llamativa nota de atención en la que también apareció un conocido torero de la época. Había trascurrido más de una semana desde la derrota del Sevilla FC a manos del Athletic de Madrid en la Copa de España.

¿Dónde está Herminio?

«Cuquito», el tantas veces salvador del Sevilla, el mejor de los jugadores en el partido Athlétic-Sevilla, hace días que no hay quién lo vea por Sevilla.

- ¿Dónde está Herminio? —preguntan los aficionados--. ¿Se fue a Galicia?

- Herminio está en Sevilla—dice el conocido Brageli—Lo vi anoche confundido entre la multitud que se agolpaba en la casa de muebles de Eduardo Santander, Correduría 32, teléfono 452, admirando el regio comedor allí expuesto.

Era tanta la fama de este jugador gallego, que a un modelo de gorra la llamaron con su nombre.

            


Sin dejar el tema de las gorras, muy recurrente publicitariamente, veamos cómo se aprovechó la derrota del Vitoria de Setúbal contra el Sevilla FC en 1924.

Lo que dicen los futbolistas portugueses

Hemos conversado con el capitán del equipo portugués, vencido ayer tarde por el once campeón andaluz que nos ha dicho:

--Vuestros «equipiers», excelenza, son invencibles. Como amuleto tienen la estupenda gorra «América», creación «equipantable» de «El palacio de las Gorras», Feria 68, 70 y 72 y Alcaicería, 4.

Yo la he declarado obligatoria para mi equipo, y cuando la tengamos retaré al campeón andaluz. Y veremos entonces quién vence.

Un típico comercio sevillano llamado Al Siglo Sevillano, dedicado en sus orígenes a los tejidos, con el tiempo se especializó en equipamiento deportivo y entre sus artículos de 1924 se encontraban botas personalizadas con los nombres de grandes footballistas de la época, entre ellos tres sevillistas: Kinké, Spencer y Herminio.

E incluso promocionaron el balón oficial del Sevilla F.C.

 


 



jueves, 21 de marzo de 2024

AVANZANDO, QUE ES GERUNDIO


Por Carlos Romero - @CarlosRomeroSFC

Observamos cómo en los últimos tiempos, la historia en los clubes comienza a gozar de buena salud. Son muchos, por no decir la mayoría de los clubes de Primera y Segunda División los que apuestan por cuidar su historia poniendo en marcha equipos de trabajo o responsables de la misma y, lo que es mejor, comienzan a organizarse habiendo tenido lugar el primer encuentro de áreas de historia, patrimonio y responsables de museo, que en un buen número han puesto las bases de la futura colaboración.

Afortunadamente, el Sevilla FC fue pionero en estas lides, ha aportado su experiencia a aquellos clubes que lo pidieron y se reúne con otros tantos para compartir métodos de trabajo, ver formas de abordar problemas y cuestiones organizativas, aportamos y aprendemos de los demás. El encuentro tuvo lugar en Madrid, en el Metropolitano, que hizo de anfitrión magníficamente para hacer posible este primer contacto.

En el terreno de la reflexión por mi parte, decir que se hace necesario que los clubes tomen la sartén por el mango de su propia historia viendo la enorme injerencia que, por parte de asociaciones interesadas y tendenciosas, gurús y tuiteros que con la formación de una almeja se permiten el lujo de hablar, incluso de sentar cátedra sobre aquello que seguramente desconocen y, si lo conocen, hablan desde su afición, tergiversando lo que crean necesario.

Es, pues, la hora en la que la historia del fútbol español deba estar en manos del fútbol español, que para eso es suya y no de personajes indefinibles. Los únicos historiadores con voz y voto del fútbol español son los oficiales de los clubes de fútbol y se están organizando, sin cuestiones sentimentales y con toda la documentación con la que se cuenta para poner en pie la historia y poder difundirla posteriormente.

Estamos de enhorabuena, desde aquí llevábamos queriendo impulsar esta iniciativa hace tiempo y nos adherimos a la voluntad de otros que tenían los mismos anhelos.


martes, 19 de marzo de 2024

EL SEVILLA FC EN LA HISTORIA DEL FÚTBOL


Hoy queremos recuperar un artículo que publicó nuestro queridísimo amigo Enrique Vidal en el diario ABC allá por 2016, que con su magistral forma de escribir, sobre todo de las cuestiones blanquirrojas, nos describe y abunda sobre el lugar del Sevilla en la historia del fútbol. Lean y disfruten.

Por Enrique Vidal - @Enriqe_Vidal

Según la encuesta Big Count 2006 (Gran Censo 2006), publicada en julio de 2007 por FIFA Magazine, existen unos 24 millones de clubs de fútbol en el mundo. Si a este dato añadimos todos los clubs históricos ya desaparecidos, la cifra podría alcanzar casi el doble. Hablamos de fútbol federado, es decir, “football association”, el deporte surgido en la mítica reunión constitutiva del 26 de octubre de 1863 en la Freemasons’ Tavern de Londres. Evidentemente no es fácil destacar entre tal cantidad de equipos, menos aún sin pertenecer a una capital importante o ser de una gran ciudad en términos políticos o económicos. De hecho, distinguirse del resto bajo estas condiciones es casi un milagro. Por eso nos preguntamos, ¿qué hace singular al Sevilla F.C. dentro de esta superpoblación futbolística? ¿Por qué debemos reconocerlo como referente mundial? Con idea de responder a estos interrogantes repasaremos someramente varios factores muy significativos, para contextualizar y poner en valor los méritos de esta institución sevillana y universal.

El reciente reconocimiento del 25 de enero de 1890 como fecha fundacional del Sevilla Football Club ha puesto el foco de la actualidad mediática sobre uno de los pilares sagrados de la entidad sevillista, su historia. Fue el ingeniero escocés Hugo Maccoll quien, desde su llegada a Sevilla en el año 1887 para dirigir la fundición Portilla and White, trajo el fútbol a la denominada ciudad de la gracia, liderando una labor, a la par proselitista y pedagógica, entre sus propios paisanos británicos, otros miembros de la colonia extranjera (suecos, alemanes y franceses, fundamentalmente) y nativos sevillanos, que culminó con la creación del primer club deportivo español apellidado estrictamente como correspondía a su naturaleza: “Football Club”. La máxima autoridad británica en Sevilla, el Vicecónsul Edward F. Johnston, también escocés, fue elegido como primer presidente. El propio Maccoll fue designado como capitán. Y el sevillano Isaías White Méndez ocupó el cargo de Secretario. Los sevillistas fueron pioneros del fútbol institucional en España, organizaron la primera partida interclubs, celebrada el 8 de marzo de 1890 en Tablada, aportaron el primer goleador reconocido (Ritson), el primer árbitro (Johnston) y la primera victoria, dos a cero frente al Huelva Recreation Club.

De aquellos primitivos escoceses tomaron los sevillanos su primera y rudimentaria idea sobre el estilo de juego, fútbol combinativo, antítesis de la escuela inglesa de patadón y cargas que haría furor en la cornisa cantábrica entre los chicarrones del norte como mejor recurso para desenvolverse en campos pesados de fango y hierba alta. El clima seco, el piso árido, la complexión menuda y enclenque de los jóvenes aficionados sevillanos terminaron por reavivar los rescoldos del viejo estilo escocés haciendo suya una manera de practicar el fútbol donde primaba la habilidad, la doma del balón, la burla del rival más poderoso físicamente mediante el ingenio y la técnica, una suerte de lidia taurina llevada al campo de juego que tuvo su eclosión definitiva una tarde madrileña de primero de mayo de 1921 con exhibición y goleada frente al Athletic Club vizcaíno. Los cronistas de toda España se frotaban los ojos ante aquel espectáculo, y bautizaron el estilo de aquellos osados deportistas como escuela sevillista. Hoy, que todo el mundo alaba la técnica y el estilo de juego del Barcelona de Cruyff o Guardiola, de la selección española de Luis y Del Bosque, hay que reseñar que el primer club que en España practicó y elevó a los altares ese idioma futbolístico fue el Sevilla F.C., mucho antes de ninguna otra influencia ni del fútbol sudamericano ni del centroeuropeo. El catalán Kinké, el gallego Herminio y, sobre todo, los sevillanos Ocaña, Brand y Spencer, este último, autor del primer gol de chilena documentado en 1915, serían las principales estrellas de un equipo mítico cuya leyenda recorrió Europa y el norte de África.

Además del estilo de juego, el Sevilla F.C. originario hizo historia con un particular credo ideológico, resumido magistralmente por uno de sus primeros presidentes, José Luis Gallegos Arnosa, y una frase para la posteridad: “Todos los hombres, de cualquier condición social, ideas políticas o religiosas, tendrán aquí cabida”. La enorme trascendencia de este legado sólo puede comprenderse teniendo en cuenta el contexto temporal y sociopolítico en el que fueron pronunciadas, el de una España arruinada, en plena deriva de reafirmación patriótica tras los desastres de Cuba y Filipinas, con un Rey militar como jefe del Estado, el caciquismo y la política clientelar que sembraban un abismo entre los poderes fácticos y las capas populares, que miraba con recelo tanto al extranjero como al burgués emprendedor con formación intelectual e inquietudes vitales. Las actas oficiales del club demuestran cómo aquel Sevilla, plagado de profesionales liberales en sus filas (abogados, médicos, comerciantes, etc.), a punto estuvo de sucumbir a las presiones de Pedro Rodríguez de la Borbolla en 1914 para integrarse junto al Sevilla Balompié y el Betis F.C. en un club sevillano único bajo el auspicio de la Casa Real, y con el trasfondo especulativo de la futura Exposición Iberoamericana. Evitó la desaparición el presidente Francisco Javier Alba Alarcón, quien además marcaría el rumbo de la independencia organizativa y económica de la entidad. Siempre jugó el Sevilla F.C. en campos de propiedad privada, nunca municipales ni subvencionados, sino sufragados por sus propios socios, a costa de enormes sacrificios personales y deportivos, desde el campo del Mercantil al de la Victoria, pasando por el viejo Nervión y el Ramón Sánchez-Pizjuán, el actual estadio, que lleva el nombre del presidente más emblemático de la sociedad. Sesenta años de sequía de títulos fue la factura que el club debió pagar por su autosuficiencia.

Desde 1908 la entidad mantiene una apuesta marcada por el fútbol de cantera, de la que han salido estrellas como Eizaguirre, Gallego, Lora, Montero, Francisco, Reyes o los campeones del mundo Marchena, Sergio Ramos y Jesús Navas. Gracias a sus cazatalentos, otras grandes figuras nacionales han engrosado sus filas, Campanal, tío y sobrino, Busto, Arza, Alconero, Antúnez, Ramoní, Domenech, Pepillo, o extranjeros de talla mundial como Achucarro, Dassaev, Polster, Suker, Bertoni o incluso Maradona, hasta llegar a la última década, en pleno siglo XXI, la era de los Palop, Alves, Navarro, Kanouté, Luis Fabiano o Rakitic, entre otros muchos.

Siempre fue el Sevilla F.C. un equipo grande, dentro de su hábitat más cercano, un clásico de la primera división, Campeón de Liga en 1946, gracias a un “maracanazo” en campo del F.C. Barcelona, en lo que fue la primera final de la liga de la historia, conquistada por los hombres de Encinas al estilo del campeonato mundial ganado por los uruguayos a Brasil cuatro años después. Campeón de la Copa de España bajo sus formatos de Presidente de la República, Generalísimo y del Rey, y eterno Campeón de Andalucía, tal y como fue bautizado por la prensa, en la época previa al profesionalismo, por acreditar 18 de los 21 títulos disputados.

Sin embargo, en la última década, cuando más difícil panorama se le presentaba como SAD debilitada y enferma, la entidad ha sido capaz de resurgir gracias a un modelo de gestión que es referente mundial, que se retroalimenta a base de éxitos deportivos y cuya piedra angular es una política de adquisición y traspaso de futbolistas ejemplar, que todos quieren imitar, pero que nadie ha perfeccionado tanto como el Sevilla F.C., dueño de una marca propia y reconocidísima en este sentido, que le han proporcionado, desde su puesta en marcha y hasta el momento, cinco títulos de UEFA EL, una Supercopa de Europa y otra de España, y dos Copas del Rey. Por si fuera poco, en 2006 y en 2007 fue designado mejor equipo del mundo por la IFHHS. Presidentes como Alés, Del Nido y Castro, entrenadores como Ramos y Emery y, sobre todo, el Director deportivo Monchi, son algunos de los grandes artífices del espectacular momento que vive el equipo, que acaba de disputar dos finales en cuatro días frente a clubs de máximo abolengo, como el Liverpool y el F.C. Barcelona, siendo el equipo europeo con más partidos oficiales disputados en la temporada. Por derecho propio, el club se ha vuelto a clasificar para Champions League y abrirá la próxima temporada como protagonista de dos nuevas finales, sendas supercopas, europea y española.

Esta hegemonía deportiva, impropia en un club de su dimensión y entorno, carente de afectos públicos institucionales y federativos, sin peso mediático de ningún tipo, pero capaz de competir de igual a igual con los más poderosos y amenazar su estatus, inevitablemente genera recelos y ha colocado al Sevilla F.C. en numerosas ocasiones en el centro de la diana de ataques injustificados, leyendas negras y campañas de desprestigio, sufriendo persecuciones y agravios de los que se ha desbridado sin lloriqueos, rebelándose como sólo lo hacen los verdaderamente grandes, con elegancia, a golpe de triunfos sobre el terreno de juego, y protegido por la fuerza de una afición comprometida, con una fe que mueve montañas, capaz de asombrar a Europa y el mundo, como recientemente ha quedado demostrado en las noches de Basilea y Madrid. Probablemente aquí se encuentra el verdadero secreto de la singularidad del Sevilla F.C., su mayor signo identitario, de ahora y de siempre: pocos, muy pocos clubs en tan adversas condiciones, han conseguido tanto.”


lunes, 11 de marzo de 2024

LA GUERRA Y EL SEVILLA FC

Carta del Sevilla FC a Ismael Rubio, cortesía de la familia de Ismael Rubio.

Por José Melero - @JMelero1

La guerra de Marruecos fue en general mal vista y provocó importantes conflictos en la sociedad española del momento. Muchos no comprendían la pertinencia de una guerra tan sangrienta y onerosa solo por una cuestión de principios.

La negación por parte de gran parte de la población a prestar el servicio militar obligatorio, propició que se instauraran unas nuevas reglas de admisión, en las que una práctica hasta ese momento generalizada, como automutilarse dedos de las manos y de los pies, ya no garantizaba que la persona fuera declarada no apta. 

Sin embargo, los jóvenes pudientes y de las clases medias, solían librarse del servicio militar. Inicialmente, esto se hacía como en el siglo XIX, pagando a alguien para que fuera en su lugar. Esto reforzaba la idea, cierta al fin y al cabo, de que los hijos de los pobres eran enviados a morir a Marruecos. 

En esa época el Sevilla FC tenía a varios de sus mejores jugadores combatiendo en la guerra, como eran el medio Rey, el defensa derecho Ismael, el delantero y medio derecha Ramírez y el mediocentro Tornero, además de los béticos Menudo y Olivares. 

Estos jugadores mantenían una estrecha comunicación con el club cuando estaban en el frente, por lo que estaban al corriente de todos los vaivenes que tenía la entidad. De todos ellos es Ismael del que se guarda documentación de esa comunicación que mantenían estos jugadores con el club. La existencia de varias cartas que Manuel Zapata, (uno de los promotores de la oficialización sevillista en 1905), escribió a Ismael cuando este se encontraba llamado a filas esos años, se conservan con auténtico celo. Algunas de esas misivas fueron escritas en papel del “American Bar”, un café situado en la calle General Polavieja, donde habitualmente solían reunirse muchos de los directivos y jugadores sevillistas de la época. 

A su regreso estos futbolistas eran agasajados por el club en restaurantes céntricos de la ciudad y obsequiados con regalos, uniéndose a estos homenajes directivos, jugadores, socios y prensa. 

La prensa deportiva sevillana de la época intentó presentarlos como héroes, ante una sociedad que tenía claro que este servicio a la patria no era un honor, sino una carga que solo sufrían los más pobres.

lunes, 8 de enero de 2024

DE CANTERAS Y NEVERAS


Por Pedro J. Sendra 
@pedrojosesendra 

Cuando a finales del siglo XIX un grupo de británicos, fundamentalmente escoceses, decidieron coger unos remos o correr en torno a un balón lo hacían para fortalecer los músculos que no ejercitaban en sus habituales jornadas laborales en gran medida sedentarias.

Desconozco si estos pioneros de la actividad atlética y deportiva, así como los sevillanos que se les unieron, llegarían a imaginar que el juego de pelota que practicaban e introdujeron en nuestra ciudad bajo el título de Sevilla Football Club supondría para sus continuadores no sólo un argumento para el desarrollo físico sino una razón de vida englobada en las siglas SFC que aquellos eligieron.

Pronto comienza la prensa a hacerse eco de lo que venía sucediendo en Sevilla y nos dice que, a principios del nuevo siglo, en 1908 la sociedad de Football de Sevilla ya contaba con 80 socios practicantes (equipiers) como para formar cinco equipos (teams). El año 1913 queda constancia escrita de la constitución del equipo infantil de la citada sociedad.

De este equipo, pocos años después, los elementos más virtuosos o de mayor valía del grupo se fueron integrando en el primer equipo del Sevilla Football Club como Santizo, Ismael, Ocaña, Castañeda, Barrero, Sedeño o el propio Brand que así lo contaba en entrevista publicada en ABC el 9 de diciembre de 1955.

Pero no siempre se llegó al éxito por la misma senda y aquí radica la particularidad de la que toca hablar en el escrito de hoy.

La afición por practicar este deporte ya estaba suficientemente extendida por toda la ciudad, pero las posibilidades de alcanzar un puesto en el equipo titular del campeón de Andalucía y referencia en el sur de España eran escasas para los que profesaban la fe sevillista debido al gran número de candidatos, las pocas plazas disponibles (no más de once) y el nivel exigido que sólo se podría obtener en plena competición.

Esta fue la causa y el origen de la creación de un equipo de fútbol por parte de un grupo de amigos y antiguos alumnos de los Jesuitas del Palacio de Villasís, seguidores y socios sevillistas, que gustaban de practicar fútbol y que, a su vez, les permitía mostrarse en el escaparate de tan bello sport por si el club de sus amores lanzaba sus redes por aquel caladero.

Uno de los que participó en la fundación del equipo, según confesaba él mismo, fue Antonio Calderón Hernández durante su etapa de estudiante de medicina que, aunque no llegó a jugar, su afición al fútbol le llevó a adentrarse en el mundo del arbitraje y a ejercer como directivo del Sevilla FC, así como a presidir la Federación Regional Sur.

El proyecto vio la luz a principios de la década de los años veinte con un marcado acento y proximidad al Sevilla Football Club, debido a las preferencias deportivas de la mayoría de sus integrantes que convinieron en denominarlo Nevera F.C., probablemente como referencia y/o reclamo del buen estado de conservación de sus futbolistas de cara a ser llamados para empresas superiores en algunos casos y en otros contrariamente serviría de refugio a jugadores que ya lo habían sido del decano de la ciudad o simplemente con afanes de colaboración o disfrute de la práctica deportiva con una menor exigencia.

En uno de sus partidos celebrado el domingo 21 de mayo de 1922 frente al Club Deportivo Sevillano, al que vencen por cuatro goles a cero, el diario El Noticiero Sevillano nos describe en una breve crónica la relación de jugadores del Nevera FC que paso a reflejar a continuación:

López, Llera, Relimpio, Maján, Barrero, Rowe, Acedo, Delgado, Iturri, Díaz Domínguez y Octavio.

Al hilo de esta alineación y sin ánimo de extenderme en demasía es justo detenerse en algunos de ellos como José Luis Relimpio Carreño, médico, amigo y compañero de José Manuel Puelles de los Santos (médico del Sevilla Football Club en esos años), que desempeñó el cargo de  Delegado de Trabajo en Sevilla del Gobierno de la República y correría, junto a su amigo, la misma suerte; Juan Pablo Barrero del Noval, jugador del Sevilla F.C. y del R. Madrid que ejerció como Notario en su vida profesional; Jorge Rowe de Pablo, afamado industrial de nuestra ciudad sucesor en el ramo de la maquinaria industrial y agrícola de la muy antigua y prestigiosa casa  de Edwing Plews, jugador sevillista en 1890; Antonio Delgado Roig, brillante arquitecto, socio sevillista desde 1920, llegando a ocupar la primera posición de este escalafón y galardonado con la Insignia de oro y diamantes del Club.

En esta ocasión, contamos con la presencia de Spencer en junio de 1922 formando parte del Nevera FC, frente al Utrera en un partido en que ambos equipos alineaban a jugadores del Sevilla FC, o la participación de Barrero, futbolista del Sevilla FC, un mes antes en un encuentro frente al Club Deportivo o aquella otra de Santizo actuando de portero con el Antiguo Nevera FC frente al Regional en partido de campeonato de segunda categoría, ya en marzo de 1923.

Durante la temporada 1921-22 el equipo mantuvo su denominación original mientras jugaba partidos no oficiales por la geografía de la provincia sevillana, pero para la siguiente temporada se lo tomaron más en serio y decidieron federarse, ingresando en la segunda categoría satisfaciendo para ello una cuota anual de 80 ptas. pagaderas trimestralmente por anticipado junto a una cuota de entrada de 250 ptas.

A sugerencia de la Federación Regional Sur debieron cambiar de nombre y optaron por el de Sevilla Athletic Club, manteniendo la denominación inglesa para su primer apellido como su sociedad protectora. Así competirían oficialmente a partir de ese momento si bien los cronistas de la época lo recordaban constantemente con su anterior denominación.

Los “neveristas” debutaron con su nuevo nombre Sevilla Athletic Club un 9 de septiembre de 1922 en el campo de las tablas verdes, frente al Real Betis Balompié, dejando una grata impresión pese a perder por un exiguo 1-0 frente a un equipo de la primera categoría y con la ausencia significativa de su capitán y mejor jugador, Barrero, que junto a los hermanos Camino formaban el eje principal del equipo blanquirrojo.

Así opinaba el cronista al respecto: “El novel «Athletic» necesita muchos partidos para aprender las martingalas del fútbol moderno, factor principal para ganar un partido”

La impronta que transmitía este equipo estaba impregnada por una sana labor deportiva y una concepción de la práctica del football alejada del profesionalismo hacia el que se encaminaban los equipos de la primera línea competitiva, integrado mayoritariamente por elementos distinguidos de la ciudad y del Sevilla Football Club.

Precisamente, sería ante el campeón andaluz el partido más esperado por la afición sevillana para confirmar el nivel demostrado y la consagración definitiva de este pujante equipo que ya obtuvo el reconocimiento merecido a comienzos de su primera temporada oficial materializado en la participación de dos de sus mejores elementos, M. Camino  como portero y el mediocampista Barrero, en el primer partido de la Selección Andaluza que debutaba el 19 de noviembre de 1922 en el campo de Algirós (Valencia) con victoria por un tanto a dos frente a los valencianos.

El club prosiguió avanzando en su escalada competitiva y la temporada 1923/24 militó en la recién creada serie B de la primera categoría andaluza tal como figura en el anuario 1924 de la Federación Regional Sur: Sevilla Athletic Club (Rioja, 23), Sevilla.

El grupo lo completaban los sevillanos Industria FC, Príncipe de Asturias FC, CD Sevillano y Sparta FC, el Málaga FC de la Costa del Sol, los granadinos de la R. Sociedad España FC y los gaditanos de la sección de fútbol del Representación Tiro Nacional.

Esta temporada fue la de mayor éxito para el Sevilla Athletic Club puesto que se clasificó para la final interprovincial de la categoría disputándola frente al Málaga FC en tres partidos, el primero disputado en Málaga el 24 de febrero de 1924, ganando los locales por uno a cero y la vuelta jugada en la capital andaluza el 16 de marzo que deparó un resultado de tres a uno para los sevillanos con dos goles de Carreño y uno de Cipri, lo que obligó a la celebración de un tercer “match” de desempate dos días después en el que con un marcador final favorable de uno a cero se proclamó Campeón de Andalucía de la serie B de primera categoría el Sevilla Athletic Club.

Este título llevaba aparejado dos premios adicionales, uno de ellos era el ascenso automático a la primera categoría serie A, que no se pudo llevar a efecto presumiblemente por no disponer de terreno de juego propio, condición necesaria establecida por la Federación Regional Sur y la segunda recompensa consistía en la participación en el Campeonato de España de Aficionados.

No hay constancia de que el Sevilla Athletic Club participara en esta competición de carácter nacional cuya final se disputó el 4 de mayo de 1924 en el Estadio de la Avda. de la Reina Victoria, en Sevilla, entre el Acero de Olabeaga y el Athletic Osasuna y la razón habría que buscarla en términos económicos pues los costes de desplazamiento eran elevados para los clubs amateur de la época, de hecho, fue tónica habitual la no participación y el detonante para que se suprimieran estos campeonatos en el año 1926.

Justo el año en el que la Asamblea Nacional de Clubs legalizaba oficialmente el profesionalismo, que como sabemos ya venía siendo práctica habitual y es también en esta temporada 1925-26 en la que el Sevilla Athletic Club deja de estar registrado oficialmente como club de fútbol en una Federación Regional Sur que con una nueva junta directiva pasa a estar presidida por Eladio García de la Borbolla y Serrano.

En el año 1930 se recupera el llamado Campeonato de España de Aficionados con el nuevo nombre de Campeonato de España Amateur. Con este fin, la asamblea sevillista en 1929 ya consideró el proyecto de creación de este segundo equipo formado por jugadores menores de 23 años que, ahora sí, se incardinaba dentro de la estructura deportiva del Sevilla Football Club pero que no dejaba de ser un guiño al extinto Sevilla Athletic Club, por su probada afinidad al decano de la ciudad, que ya se ganó el derecho en el campo a participar en esta competición nacional.

Finalizar con una reflexión sustentadora de la teoría que, en mi opinión, justificaría la elección del nombre de Sevilla Atlético Club, españolizado según el decreto o la ley vigente en 1960, adoptado por el club sevillista para su filial C.D. Puerto, en el sentido que fue una denominación buscada expresamente entre múltiples candidatas como demuestra el hecho de conseguir la autorización de un equipo que ya la ostentaba y que a su vez decidió cambiarla para facilitar esta decisión. Pudo ser el resultado de conjugar una relación “afinidad versus filialidad” apoyada en su momento por notables e ilustres jóvenes sevillistas fundadores de aquel originario Nevera F.C. con un peso específico en el Sevilla F.C. de 1960. Sin olvidar tampoco la sugerencia para el cambio de denominación por parte de la Federación Regional Sur, presidida por Juan López García, para formar parte como club federado de la misma el año 1922.