lunes, 11 de marzo de 2024

LA GUERRA Y EL SEVILLA FC

Carta del Sevilla FC a Ismael Rubio, cortesía de la familia de Ismael Rubio.

Por José Melero - @JMelero1

La guerra de Marruecos fue en general mal vista y provocó importantes conflictos en la sociedad española del momento. Muchos no comprendían la pertinencia de una guerra tan sangrienta y onerosa solo por una cuestión de principios.

La negación por parte de gran parte de la población a prestar el servicio militar obligatorio, propició que se instauraran unas nuevas reglas de admisión, en las que una práctica hasta ese momento generalizada, como automutilarse dedos de las manos y de los pies, ya no garantizaba que la persona fuera declarada no apta. 

Sin embargo, los jóvenes pudientes y de las clases medias, solían librarse del servicio militar. Inicialmente, esto se hacía como en el siglo XIX, pagando a alguien para que fuera en su lugar. Esto reforzaba la idea, cierta al fin y al cabo, de que los hijos de los pobres eran enviados a morir a Marruecos. 

En esa época el Sevilla FC tenía a varios de sus mejores jugadores combatiendo en la guerra, como eran el medio Rey, el defensa derecho Ismael, el delantero y medio derecha Ramírez y el mediocentro Tornero, además de los béticos Menudo y Olivares. 

Estos jugadores mantenían una estrecha comunicación con el club cuando estaban en el frente, por lo que estaban al corriente de todos los vaivenes que tenía la entidad. De todos ellos es Ismael del que se guarda documentación de esa comunicación que mantenían estos jugadores con el club. La existencia de varias cartas que Manuel Zapata, (uno de los promotores de la oficialización sevillista en 1905), escribió a Ismael cuando este se encontraba llamado a filas esos años, se conservan con auténtico celo. Algunas de esas misivas fueron escritas en papel del “American Bar”, un café situado en la calle General Polavieja, donde habitualmente solían reunirse muchos de los directivos y jugadores sevillistas de la época. 

A su regreso estos futbolistas eran agasajados por el club en restaurantes céntricos de la ciudad y obsequiados con regalos, uniéndose a estos homenajes directivos, jugadores, socios y prensa. 

La prensa deportiva sevillana de la época intentó presentarlos como héroes, ante una sociedad que tenía claro que este servicio a la patria no era un honor, sino una carga que solo sufrían los más pobres.

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