Presentación de D. Manuel Zafra y D. Antonio Sánchez, presidentes del Sevilla Club de Fútbol y Sevilla Atlético Club respectivamente, a los jugadores de este último equipo.
Por Pedro J. Sendra
En el marco de este nuevo proyecto en el que tengo el honor de haber sido invitado a participar, me voy a estrenar con una breve entrega dedicada a ese vástago fiel que tantas alegrías ha aportado también a la casa y causa sevillista.
Se trata obviamente de nuestro
segundo equipo, el Sevilla Atlético Club.
Un conjunto engendrado desde el
entorno de la cantera para situarlo como cabeza visible de la misma y que
cumple 64 temporadas a la sombra de su protector pero que descubriremos que no
siempre fue exactamente así.
Ya nació dotado de una
singularidad propia al asignársele equipación, escudo y nombre diferente,
asunto este pionero respecto a otros clubs de la época.
Su devenir en la década de los
años 60 fue fulgurante consiguiendo dos campeonatos de Tercera División, debutando
por primera vez en la categoría de plata del fútbol español y copando los
primeros puestos de sus respectivas competiciones.
Al inicio de la temporada 1966-67
la situación del Sevilla Fútbol Club es la de un club con poca capacidad de
maniobra por sus compromisos económicos reflejados en un pasivo que ascendía a
134 millones de pesetas, con unas pérdidas del ejercicio anterior de 10.100.000
ptas., una organización manifiestamente mejorable y para colmo unos terrenos
edificables de su propiedad con un alto valor colindantes al estadio habían
sido considerados por el Plan de Ordenación Urbana del sector como zona de
aparcamientos.
El recientemente elegido
presidente D. Manuel Zafra toma una serie de decisiones tendentes a solucionar
la situación económica con aportaciones de los socios, como siempre ha ocurrido
en este club, y un programa de reducción de gastos que también afectaría al
filial que, para la presente temporada, bajo la presidencia por segunda vez de
D. Antonio Sánchez Ramos vestiría como tradicionalmente lo ha hecho el primer
equipo sevillista con camisetas y pantalones blancos.
Nueva temporada, nuevo equipo,
nuevo uniforme, nueva victoria. Así ocurrió en el “Marqués de Varela” de San
Fernando con victoria por dos a cuatro ante el equipo local el día 11-9-1966.
La siguiente temporada, 1967-68,
el Sevilla Atlético como subcampeón de su liga opta a disputar la promoción de
ascenso a Segunda División pero tiene que renunciar tras el descenso por
primera vez en su historia del Sevilla Fútbol Club a esta categoría.
El fútbol emergente del filial
enamora y contagia a sus aficionados que contrasta con el mal momento que
atraviesan sus mayores. Comenzaron a soplar vientos en las alturas que rolaban
hacia soluciones drásticas que afectaban al Sevilla Atlético … pero ahí estuvo
su presidente el sempiterno “tío del puro” para reconducir las perturbaciones
atmosféricas.
En los años noventa, tras unas
actuaciones de remozamiento en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios
se comienzan a programar en este escenario los partidos del filial y del primer
equipo juvenil obteniendo el Sevilla Atlético Club en su primer partido oficial
de esta temporada 1991-92 la victoria ante el Atlético Palma del Río por tres
tantos a cero el 1-9-1991.
Otro cambio importante en esta
temporada, ahora por decisión federativa, sería la sustitución de nombre
obligado para todos los filiales, que consistía en añadir a la nombradía del
primer equipo la letra B por lo que pasó a denominarse Sevilla FC “B”.
En mi opinión creo que la causa
última de esta reglamentación trataba de evitar lo establecido en la normativa
del RD 1084/1991 de 5 de julio sobre Sociedades Anónimas Deportivas que, entre
otras cosas, obligaba a presentar cuentas anuales por separado a los filiales
con denominación distinta al club matriz.
Una vez comentados de forma
somera los cambios formales y externos experimentados por el Sevilla Atlético
Club a lo largo de su existencia concluimos con la vuelta al sentido común que
reclamaba la preservación de la historia de nuestro filial, y ello supuso el
rescate de su vestimenta habitual de camiseta blanca con franja roja, pantalón
negro y medias negras con vuelta roja como primera equipación, así como su
escudo que, por cierto, según testimonio oral a mi persona hace pocos años por
un secretario técnico del club ya fallecido “Al principio el escudo sólo tenía
la banda, no estaba la giralda”.
Todo ello ocurrió en el partido de
ida correspondiente a la eliminatoria para el ascenso a Segunda División frente
a la Unión Deportiva Salamanca en el Ramón Sánchez-Pizjuán el 13 de junio de
2006.
Para la temporada 2006-07, junto
a lo ya expuesto, se recuperó igualmente la denominación original del equipo
“Sevilla Atlético Club” tal como había quedado aprobado por unanimidad en la
Junta General de Accionistas del Sevilla Fútbol Club del 16 de diciembre de
2005 presidida por José María del Nido Benavente.
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