Decía la activista argentina e integrante de las
Madres de la Plaza de Mayo, Taty Almeida, que hay un fino hilo que teje a lo
largo del tiempo la historia de los pueblos. En el caso del Sevilla FC ese hilo
lo tejieron en un principio aquellos británicos y sevillanos que en el siglo
XIX decidieron crear un club democrático, integrador y abierto a todos, sin
tener en cuenta su procedencia. De ahí venimos y nos sentimos muy orgullosos
y orgullosas de ello.
A veces ese hilo se ha tejido bajo un sol radiante, otras
bajo una noche sin luna. A veces en un contexto favorable y otros no tanto.
Pero no se empezó a tejer ayer, se empezó a tejer hace mucho, de él venimos y
trataremos de entregar con dignidad ese testigo a los que vienen tras nosotros.
El hilo de aquel jerezano hijo de un encargado de
bodegas que decía que "todos los hombres de cualquier condición
social...", el de los Kinké, Spencer, Brand y aquella "Línea del
Miedo" que creó escuela en el fútbol español, el hilo de un presidente señero
como Roberto Alés que supo inyectar dosis de cordura y serenidad en unos
tiempos oscuros en lo económico y en lo deportivo, el hilo de aquellos miles de
sevillistas que se echaron a la calle para rebelarse ante una injusticia y en
aquel agosto del 95 sembraron la semilla de un sentimiento renovado, sin el
cual no se hubiera construido el club actual, el hilo de aquel grupo de jóvenes
impetuosos que en 1975 crearon el primer grupo ultra antirracista del fútbol
español, lo tejieron aquellos once bravos futbolistas aquella tarde del 31 de
marzo de 1946 en Las Corts, donde los de Encina tuvieron que esperar a la
última jornada para cantar el alirón, el hilo de aquella copa republicana
ganada en parte gracias a una defensa que pasó a la historia formada por
Eizaguirre, Deva y Euskalduna, a los que se sumaron los Alcázar,
Campanal,Torrontegui,Tejada, Fede y muchos otros...
El hilo de "Las Tablas Rojas", de Baby
Acosta, del "Trofeo Pichichi" de Juanito Arza, de Suker, el hilo de
Antonio Puerta, de Maradona, de Bertoni y Scotta, de Blasco Garzón, de Monchi,
el hilo que tejieron la familia Leal Graciani y la familia Pérez, el puñado de
sevillistas de Oviedo, Navas, Kanoute y Palop, el hilo de Eindhoven, de Lora,
de Gallego y de Francisco López Alfaro. El hilo de Berruezo y aquella fatídica
tarde en Pasaron, el hilo de Busto, Campanal, Domenech, del viejo Nervión y del
Mercantil. El hilo que tejieron Agüero, Dieguez, Antoniet, Pereda y Szalay,
aquella maravillosa "Delantera de Cristal", el de los
"Stukas", el hilo de los que contaron y cantaron nuestra historia, de
los Juan Tribuna, de los José Antonio Blázquez y los Antonio García Barbeito.
Recogemos el hilo del gran Paco Alba y aquellos hombres que creyeron que aquel
deporte que irrumpía con fuerza podría generar unos sentimientos tan profundos...
Ramón Sánchez-Pizjuán decía que la historia del
Sevilla era limpia y diáfana, libre de toda mácula, llena de esfuerzos y
sacrificios, contestaba posiblemente con ello el viejo sevillista a aquellos
que nunca nos quisieron bien y que lanzaban insidias que nacían de la envidia y
del más insano rencor.
Venimos de lejos, es cierto, pero tened claro que no nos temen por lo que ya hemos logrado, nos temen por lo que podemos conseguir en el futuro.
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