Por Amaro García. @amaro_gc22SFC
Los futbolistas, sobre todo en estos tiempos de redes sociales en
donde cualquier cosa puede crear tendencia, suelen adoptar estilos propios que
son imitados por sus seguidores más fanáticos.
Con respecto al estilismo capilar, y no vamos a ilustrarlo con imágenes,
podemos ver como muchas grandes figuras de nuestra época destacan con ciertos
peinados que les hace reconocibles incluso si no le viésemos la cara.
Cuentan que hay una frase atribuida a Charles Holland Duell (1850
– 1920), que fue el Comisario de la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados
Unidos desde 1898 a 1901, que dice:
"Todo lo que se puede
inventar ha sido inventado"
Y de eso se trata. La influencia de estilo de los futbolistas
viene de antiguo y hoy vamos a comentar como los peluqueros sevillanos de 1923
pusieron el grito en el cielo ante la avalancha de chavales que querían imitar
a un ídolo deportivo, que ni siquiera era ni sevillista ni sevillano.
El 25/02/1923 el Sevilla F.C. había salido victorioso (una vez más)
en el campeonato de Andalucía. En el último partido del campeonato ganó en
Huelva al Recreativo por 0-1.
Los campeonatos regionales eran el preámbulo al campeonato de
España, y nuestro equipo tenía el derecho a participar a nivel nacional contra
el resto de campeones del país.
En suerte le tocó el C.D. Europa de Barcelona, equipo potente que
nos eliminó de un modo categórico ganando los dos partidos por 4-0 y 1-2.
Finalmente, los catalanes llegaron a la final, aunque fueron vencidos por el
otrora más potente Athletic Club de Bilbao.
Entre los jugadores escapulados, llamados así por el diseño de su
camiseta, llegó un joven jugador llamado Manuel Cros Grau. Este jugador llegó a
hacer historia en su humilde club al conseguir ser uno de los máximos goleadores
de su historia.
Además de ser un gran jugador y de marcarle al Sevilla F.C. tres
goles de los seis goles de la eliminatoria, su imagen de chico rudo pero
apuesto llamó la atención entre los jóvenes sevillanos.
Pasados unos meses de la eliminatoria, se hizo eco una noticia en
El Noticiero Sevillano que comentaba
‘’los
estragos que entre las filas de fígaros
de la capital de la Giralda ha causado Cros’’
De las características del notable jugador, lo que llamó la atención
del público sevillano no fue
‘’la
cara de fiera, ni los terribles cabezazos, ni las entradas irresistibles’’
Entre los jóvenes jugadores sevillanos aspirantes a figura en el
mundo del foot-ball, lo que más impresionó del jugador europeísta fue su
peinado
‘’aquel
peinado inconfundible y que tanto contribuye al aspecto de fiera corrupia que constituye el sobresalto continuo de los
porteros adversarios’’
Creo que esta descripción es un tanto exagerada, a la vista de la
foto del jugador que ilustra el artículo.
Pío Baroja, en su libro Vitrina Pintoresca describe así a
esa figura mitológica:
‘’...La Fiera Corrupia, en forma de dragón rojo, con siete cabezas, diez cuernos, y unos candeleros con velas en cada cabeza, era evidentemente La Bestia del Apocalipsis... Esta fiera corrupia, descendiente espuria de la Bestia Apocalíptica ha perdido sin duda, de cartel en cartel, el carácter de su origen bíblico.’’
No cabe duda que la metáfora alude a la fiereza e ímpetu del
jugador.
Pero volviendo a la anécdota, los peluqueros sevillanos tuvieron
que adaptarse a las exigencias de sus jóvenes clientes, que en gran número
acudían a las barberías pidiendo
‘’Maestro,
péleme usted a lo Cros’’
Ese peinado tampoco era una novedad. Era descrito como Amadeo,
‘’que
se queda la cabeza como un cepillo de cerdas cortas.’’
Los oficiales peluqueros de la época aseguraban que con frecuencia
‘’le
tocan siete u ocho peladitos a lo Cros y caen reventados’’
‘’Usted no puede figurarse lo que es ese pelado. Cuando vemos entrar a un futbolista se cuaja la colonia en el pulverizador… ¡Una hora de faena!’’