Por Alejandro Antúnez.
Quiero estrenar mi humilde colaboración en este magnífico blog con lo que más me divierte de la investigación sobre la historia sevillista: el análisis y estudio de las fotos más antiguas del club a fin de identificar a los futbolistas que en ellas aparecen, y deseo abrir mi particular casillero creativo con una de las imágenes a las que más vueltas he dado.
Corre el año 1912. El Sevilla Football Club es aún un embrión de lo que algún día la prensa denominará el eterno campeón de Andalucía. Los jugadores son amateur, esto es, todavía no cobran por jugar, y le dedican a esta nueva pasión los fines de semana que les permite su trabajo o el servicio militar.
En esas fechas aún hay pocos clubes en la ciudad, pero los torneos no oficiales empiezan a cocinarse a fuego lento. Como parte de los festejos sportivos que organiza el Ayuntamiento de la ciudad, se organiza la disputa de una Copa de Sevilla de football. No obstante, por falta de acuerdo entre los cuatro equipos participantes, la competición se demora finalmente hasta el primer trimestre de 1913.
En las semifinales Sevilla FC y Sevilla Balompié se deshacen de Betis FC y Recreativo FC de Sevilla respectivamente, determinándose así los dos finalistas, que se verán las caras en terreno balompédico.
Es domingo, 2 de marzo de 1913. Debido al mal estado en que se encuentra el terreno del Sevilla Balompié, se decide que la final se disputará en el Mercantil, campo sevillista. Arbitrará Currito Illana, y le asistirá como linier el ex-presidente sevillista Gallegos.
Minutos antes de las tres y media de la tarde, el equipo blanco se prepara en la caseta adyacente al campo de juego. Son llamados para inmortalizar el momento, pues tan relevante evento debe aparecer, sin duda alguna, en la prensa local. Los once equipiers se disponen al gusto, flanqueados por miembros del Círculo Mercantil.
Un chispazo del encendido del polvo de magnesio acompañado de una brevísima apertura del diafragma. Ellos aún no lo saben, pero la consecuencia es una imagen para la eternidad.
Allí
quedan reflejados para siempre los protagonistas, que son, de izquierda a
derecha: Fernando Escandón, Joaquín Valenzuela, Carlos García Martínez, Paco
Alba y Benito Romero, todos de pie. Agachado está Paco Montoto, y sentados en
el suelo se hallan Robert Smith, Manolo Salgueiro, Carlos García Leconte,
Nicolás Carretero y John MacKenzie, culpables todos, desde el primero hasta el
último, de que la I Copa de Sevilla se quedara en las “vitrinas” del Mercantil.
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